El estigma del guerrillero

Somos un país con una tradición democrática muy débil. Se podría fortalecer más oyendo a los que no lo fueron en un pasado, obligándolos a levantarse en armas. Esto es un llamado a la paz política en Colombia.

Opina - Política

2019-08-17

El estigma del guerrillero

Autor: Carlos Mauricio Arévalo Amaya

 

¿Por qué hay gente que dice que no apoya a políticos exguerrilleros? Más de una vez he oído esa frase, que muestra un claro desconocimiento de cómo funcionó o funciona el Estado colombiano.

Colombia se jugaba el cuello a mediados y finales del siglo pasado en fragmentarse o volverse un Estado fascista. Claros ejemplos son Laureano Gómez o las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia).

Grandes políticos como Alberto Lleras Camargo, un liberal no solo de nombre, encontraron una forma de hacer política por medio de la academia. Nada más ni nada menos fue rector de la Universidad de los Andes y columnista de El Tiempo.

¿Pero Pizarro o León Valencia? Integrantes del M19, jóvenes acorralados en una Violencia, denunciada por el sociólogo Fals Borda desde la academia.

Afortunados somos nosotros los que nos disputamos a qué universidad vamos a estudiar. En esa época la pregunta era a qué guerrilla me voy a meter (o lo van a meter de obligado). Se veía a la universidad pública como una extensión de la guerrilla.

Paramilitares planeando magnicidios a lo largo del territorio nacional. Haciendo las bases para la parapolítica. Gente que dice que no hay que confiar en x o y político por haber sostenido un arma, no sabe lo que era vivir en Colombia.

Es más, no sabe qué es vivir en Colombia en regiones como el Catatumbo o Tumaco, donde según el Observatorio de Derechos Humanos de las Américas, es como vivir en una guerra declarada entre paramilitares y guerrillas (que a su vez se pelean entre sí); y, lo que es peor, con insuficiente apoyo y defensa del Estado. ¿Piensan acaso que Uribe hizo su seguridad democrática porque había mucha paz en este país?

Triste es ver que pocos conocemos en detalle La Violencia y el sufrimiento de familias reales de este conflicto. Pocos tenemos un abuelo que nos cuenta qué es ser desplazado (aunque Colombia sea el segundo país con más desplazados del mundo).

Lo que yo sé es que ser guerrillero no necesariamente significa ser un malvado. Puede significar, a veces, ser un revolucionario. Alguien tan comprometido con una causa que es capaz de dar su vida por ello. Sabiendo que no tendrá honores de Estado, seguramente.

Hay casos como Pizarro que sí los tuvo (honores y reconocimiento del pueblo colombiano), porque la gente entendió su lucha, se vio identificado en la lucha contra esa corrupción que había inoculado en la rama judicial, legislativa y ejecutiva.

Cabe aclarar que esto no es una ovación al levantamiento armado, solo es una crítica al prejuicio de varios colombianos respecto a los políticos exguerrilleros de nuestro país.

Como uno de los casos más sonados está el del senador Gustavo Petro, donde Uribe en una plenaria le dijo sicario reiteradas veces, avivando el prejuicio contra distintos políticos que puede llegar contra personas como Navarro Wolff, por ejemplo, y que afecta gravemente la seguridad del recién creado partido político de las FARC.

Porque recordemos que ese alzamiento armado fue, en parte, por causas políticas. Una forma de defensa e imposición ideológica al ver que el ejercicio democrático en Colombia no funcionaba correctamente, lo cual se viene dando desde sus inicios.

Solo vean que hasta nuestros padres fundadores tuvieron conflictos armados por la incapacidad de una sociedad democrática deliberativa. Desde la subyugación armada de Cundinamarca a las Provincias Unidas de Nueva Granada hasta la Conspiración Septembrina de Santander contra Bolívar.

Somos un país con una tradición democrática muy débil. Se podría fortalecer más oyendo a los que no lo fueron en un pasado, obligándolos a levantarse en armas. Esto es un llamado a la paz política en Colombia.

 

 

Foto cortesía de: Colprensa

 

 

( 2 ) Comentarios

  1. ReplyCarlos Enrique Arevalo Rubiano

    Pienso que la violencia se puede evitar en gran parte mejorando el modelo pedagógico, cuando veo al clase política más preocupados por crear mal anviente entre sus partido, oeliandi entre ellos, y en pleno congreso. Pienso que por medio de la formación pesdagiciga podemos formar una clase política que tenga sentido de pertenencia por el pueblo. Ya que para mí la clase política sólo le interesa llenar sus arcar y favorecer a lo «monopolios» ya que la economía de un país depende de sus piticas de estado. Es más en un artículo leí que los científicos dice que para salvar el planeta debemos cambiar el modelo económicos. Esto se pude mientras los educadores nos propongamos formar personas útiles a la sociedad. Formar personas que se preocupen más por ser útiles que por ser importantes.

  2. ReplyCarlos Enrique Arevalo Rubiano

    Pienso que la violencia se puede evitar en gran parte mejorando el modelo pedagógico, cuando veo al clase política más preocupados por crear mal anviente entre sus partido, pelando entre ellos, y en pleno congreso. Pienso que por medio de la formación pedagógica podemos formar una clase política que tenga sentido de pertenencia por el pueblo. Ya que para mí la clase política sólo le interesa llenar sus arcar y favorecer a los «monopolios» ya que la economía de un país depende de sus políticas de estado. Es más en un artículo leí que los científicos dice que para salvar el planeta debemos cambiar el modelo económicos. Esto se pude mientras los educadores nos propongamos formar personas útiles a la sociedad. Formar personas que se preocupen más por ser útiles que por ser importantes.

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Carlos Mauricio Arévalo Amaya
Soy de Ibagué, Tolima. Pero criado en Pereira. Estudiante de Filosofía. Intento escribir artículos e historias que reflejen la realidad del país. Tengo una clara inclinación política que tiende a la izquierda. Pero trato de ser imparcial. Aunque como diría Schopenhauer: “el mundo es mi representación”, así que parte de mis ideas están en mis escrito inevitablemente.