El peronismo, en cabeza de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, obtuvo un 47 % de los votos en las primarias argentinas. Pero, ¿por qué el movimiento peronista aún tiene vigencia y cuál es su relación con Eva Perón?
El 7 de mayo de 1919, hace cien años, nació Eva María Duarte. A pesar de que no perteneció al Gobierno y, su vida política duró solo seis años, cambió la historia de Argentina para siempre. Fue conocida como Eva Perón, Evita y “la abanderada de los humildes”.
En 1945 contrajo matrimonio con Juan Domingo Perón, fundador del peronismo y presidente de Argentina en tres periodos.
No redujo su lugar al de la primera dama que sonreía en fotos junto con el gobernante, sino que, catapultada por la posición de su esposo, asumió un rol de gestión social en la Secretaría de Trabajo y Previsión.
En poco tiempo fue reconocida por los dirigentes gremiales, los trabajadores y, en especial, por las mujeres. En 1947 logró la promulgación de la ley que aprobó el voto femenino. Lo que la catapultó como una dirigente política carismática.
Desde el balcón de la Casa Presidencial apareció, en medio de aplausos y expectativas por un cambio, con un par de palabras que calaron hondo: “aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una historia de luchas, tropiezos y esperanzas”. No combatió con las mujeres, pero, en el momento justo, asumió la imagen de la redentora.
En 1948 Evita abrió la Fundación Eva Perón, un “mega ministerio” que manejó las políticas sociales del Gobierno con fondos públicos por fuera del control estatal. La fundación construyó pensiones para ancianos, hogares para madres solteras y casas para huérfanos. También lideró campañas de asistencia médica, alimentaria y de subsidios.
En 1949 Eva creó el Partido Peronista Femenino (PPF) que permitió, en calidad de dirigentes y militantes, la afiliación de las mujeres en la política. Junto con el Partido Peronista (masculino) y la Confederación General del Trabajo fortaleció el peronismo.
El poder de Evita aumentaba y su salud, en contra de todo pronóstico, empezó a luchar con un cáncer. Su ilusión desfallecía, pero no su fortaleza. Mientras los argentinos la amaban, la idealizaban como la dirigente del futuro, ella soportada su dolor en silencio.
A finales de 1951, en las elecciones generales de Argentina, las mujeres votaron por primera vez. En una cama de hospital Eva Perón también las apoyó. De nuevo ganó Domingo Perón y, en un resultado histórico a nivel mundial, 109 mujeres quedaron electas por el Partido Femenino con cargos parlamentarios. Una rareza para la época.
Ahogada en calmantes y arropada por un abrigo de piel que cubría 37 kilos con 33 años, recorrió, por última vez y con el mismo carisma, las calles de Buenos Aires para acompañar la segunda posesión de su esposo.
En su lecho de enferma ordenó la compra de 5000 pistolas y 1500 ametralladoras, para conformar una milicia obrera y proteger el mandato de su marido. Fuera del hospital una multitud rezaba por su recuperación. En 1952 murió y nació un mito que aún no culmina.
¿Por qué Eva Perón transformó la política argentina?
Los aviones dejaron caer 40 bombas, murieron aproximadamente 350 personas y destrozaron la Plaza de Mayo. El miedo aumentó. En 1955 Juan Domingo Perón fue derrocado por la Revolución Libertadora, liderada por Emilio Masera, posterior integrante de la junta militar del Golpe de Estado de 1976.
La Revolución Fusiladora, como la llamaron los argentinos, prohibió el nombre, la difusión de fotografías de Eva Perón y la mención a su movimiento. Además, quemó los hogares, las clínicas y todo lo que incluyera la insignia de su fundación. Junto con la residencia donde murió para evitar “una peregrinación peronista”.
Por si fuera poco, robaron y mutilaron su cuerpo para enterrarlo en Italia. Cuando le preguntaron a un jefe de la represión, por sus razones para hacerlo, respondió que “tal vez ella es la única a la que siempre, aún después de muerta, le tuvimos miedo”.
De acuerdo con Raúl Consuel, investigador de la Universidad Autónoma de México:
“Intentaron eliminar la herencia política de Eva, con la deformación de su legado y su biografía, porque su movimiento colectivo de masas no tenía precedentes. Sin embargo, con la censura sus discursos circularon más rápido y se fortaleció el poder simbólico, que la convirtió en mártir”.
La fuerza de Eva Perón le ganó al tiempo. Intentaron borrarla de la memoria argentina, en cambio; ella, con su voluntad, superó al olvido. No fue una coincidencia, logró en plena expansión de las ciudades modernas, apelar a una clase obrera por una unidad, por una integración social que les ofreció ideales de cambio.
En pocas palabras, con la implementación de políticas sociales destinadas a una base popular poco atendida, vinculó sus necesidades con el imaginario revolucionario y fortaleció la identidad de “igualitarismo”, que ofrecía el partido peronista.
Construyó una forma de hacer política que acercó, en apariencia, el poder al pueblo con una ideología encubierta por una esperanza, que, a su vez, promovió la participación y la conformación de un movimiento social.
¿Cuál es el impacto de Eva en la política reciente de Argentina?
En el 2012 cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner regresó a su cargo, después de un mes de ausencia por una operación, tenía un telón de fondo que la protegía. Una imagen gigante de Eva Perón, como una virgen que la respaldaba, frente a los creyentes del peronismo.
La imagen de Evita, de la “jefa espiritual de la nación” como la nombró el Congreso argentino, revestía de autoridad histórica a Cristina de Kirchner. Legitimaba su figura política con valores venerados y la blindaba de respeto delante de la opinión pública.
El peronismo que intentaron eliminar nunca desapareció. Tampoco el recuerdo de Evita. Al contrario, sobrevivió con el Partido Justicialista que gobernó Argentina en los últimos tiempos en nombre de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y su esposa Cristina de Kirchner; que apoyó la candidatura a la Presidencia de Alberto Fernández y, a pesar de sus presuntas investigaciones por corrupción, logró liderar las primarias argentinas.
Según Alejandro Marcelo Belkin, historiador de la Universidad de Buenos Aires:
“La ideología peronista y su herencia política no tiene límites claros. Sus dirigentes se han adaptado a contextos cambiantes. Del peronismo emergieron varias líneas de poder incluso opuestas”.
El mito de Eva Perón y su esposo conformó identidades colectivas y cambió el juego político argentino con el peronismo. Su ideología trascendió partidos, clases sociales y momentos históricos, con una supervivencia que comprendió los cambios de la sociedad.
Eva Perón. La llamada Evita, por la que el Vaticano recibió 26.000 pedidos de santificación, no fue una virgen, ni la réplica de Teresa de Calcuta, pero su nombre y sus acciones de 6 años, han perdurado por un siglo con un legado político vigente, que controla su nombre y poder.
Para bien o para mal, el paso del tiempo le dio la razón a Eva Perón cuando mencionó “yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera de victoria”. Antes de morir les habló a los argentinos que no habían nacido y, en contra de la posibilidad, escucharon su petición: el peronismo, con la fuerza de antaño, le ganó a Mauricio Macri en las elecciones primarias.