¿Quién es realmente el nuevo embajador de EE. UU. en Colombia?

Goldberg fue expulsado del país boliviano tras ser acusado de conspirar contra Evo Morales con la oposición del gobierno. Hay que mirar de cerca las acciones que quiera ejecutar en Colombia. Por lo pronto, se atisba que no se ejercerá mínima resistencia ante las órdenes provenientes de EE. UU.

Opina - Política

2019-08-02

¿Quién es realmente el nuevo embajador de EE. UU. en Colombia?

Autor: Hernán Muriel

 

Persona no grata: así es definido Phillip Goldberg en Bolivia, el nuevo embajador de Estados Unidos en Colombia. Su trayecto, más que reconocido, ha sido polémico. En su bagaje ostenta estrategias que muy probablemente podrían medirse con una vara maquiavélica: “las acciones de los hombres se juzgan por sus resultados”. La misma estirpe ideológica de: “el fin justifica los medios”.

En su paso por Filipinas, Philip Goldberg fue enérgicamente atacado por el presidente de ese país Rodrigo Duterte, señalado por sus radicales formas de gobierno autoritario con ejecuciones extrajudiciales. El mandatario del país filipino dijo que Goldberg era un “hijo de puta” y que no lo soportaba. Duterte, además, acusó al político de entrometerse en las elecciones de ese país. Una vez acabó su misión en dicha nación, Goldberg volvió a Estados Unidos para ser condecorado por el Congreso por la misión que llevó a cabo en Manila.

Goldberg ya tiene experiencia en Colombia porque fue quien, de la mano del Gobierno de Bush hijo, coordinó el famoso Plan Colombia en la Embajada de Estados Unidos en Bogotá; una estrategia que, vista desde el análisis de Germán Castro Caycedo1, significó una escalada militar a profundidad de las Fuerzas Militares estadounidenses en Latinoamérica, no solo con el fin de tener la mera presencia bélica en las tierras del sur, sino además de sentirse más cerca de ese tesoro de recursos naturales estratégicos subyacentes en territorios como el Amazonas.

El Plan Colombia, para Castro Caycedo, se convirtió en una invasión blanda de los Estados Unidos puesto que:

– Cuadruplicó en el país el número de soldados profesionales;
– Multiplicó por veinte los helicópteros con matrícula a nombre del Ejército y de la Policía, aviones de inspección y consejos militares;
-Incorporó compañías militares privadas y centenares de mercenarios;
– Y (mientras tanto) el número de paramilitares que se veían acogidos “satisfactoriamente” por el plan aumentó de 5000 a 12000.2

Donald Trump ha estado presionando a Colombia desde su misma llegada a la Presidencia, en especial por el tema del narcotráfico. El aumento de la entrada de coca al país norteamericano ha abierto paso para que Trump despotrique con críticas de todo tipo, incluso contra el presidente Iván Duque, cuya gestión tachó en su momento de no haber logrado nada con el tema en gestión.

El nombramiento de Goldberg significa un mensaje de deseo de regreso a las viejas andanzas en el país. Estados Unidos financió casi por 15 años el Plan Colombia hasta que el Gobierno de Santos terminó con la estrategia en el 2016.

Teniendo en cuenta que el nuevo embajador tuvo funciones importantes en dicho plan, y que las principales estrategias llevadas a cabo bajo ese marco relacionadas al conflicto armado aludían a procedimientos mal vistos por gran parte de la opinión pública, como la erradicación de cultivos ilícitos con fumigación aérea con glifosato; la principal función de este diplomático en Colombia puede ser presionar sobremanera el regreso de este tipo de estrategias, con el fin de salvaguardar los intereses de la potencia americana.

Conviene subrayar que los antecedentes de Philip Goldberg hablan de él como un hombre que, con vehemencia, ha procurado que los intereses de Estados Unidos se protejan en los países que tiene encargados diplomáticamente. Baste con hablar sobre el caso mencionado al inicio del presente texto, ocurrido en Bolivia en el año 2008.

Goldberg fue expulsado del país boliviano tras ser acusado de conspirar contra Evo Morales con la oposición del Gobierno. Una gresca diplomática enardecía los aires políticos por ese tiempo entre Bolivia y Estados Unidos.

Una campaña de desprestigio contra el mandatario Morales, y una cruzada contra la industria americana por parte de los bolivianos, fueron de los principales saldos que dejó la pequeña rivalidad, aún vigente, entre ambos países.

Habrá entonces que mirar de cerca las acciones y presiones que, probablemente, el nuevo embajador de Estados Unidos en Colombia puede realizar con el Gobierno de Duque. Por lo pronto, se atisba que no se ejercerá mínima resistencia ante las órdenes que de Estados Unidos se dicten para con la gestión uribista.

Se espera que el país no continúe en su rumbo regresivo en materias trascendentales como el medio ambiente y el conflicto armado; son los recursos naturales y la gente de los territorios, los aspectos primordiales que deben priorizarse por encima de las estrategias que el Gobierno Trump quiera implementar sobre la región cuasi soberana de Colombia.

Una vez ya se vivió una flagrante pérdida de soberanía con el Plan Colombia, coordinado por Goldberg en la Embajada bogotana; no puede permitirse estribar una vez más la bandera estadounidense en los cuarteles de la Fuerza Armada colombiana, mientras los gringos violaban niñas y traficaban droga.


 

  1. Nuestra Guerra Ajena, Germán Castro Caycedo.
  2. Misma obra del punto 1.

 

 

Foto cortesía de: El País

 

 

( 1 ) Comentario

  1. No sabia que bolivia tenia una oposicion fuerte,
    Pero de duque y uribe solo se puede esperar lo peor, que si les piden el pais escrityrado lo hacen por un gran puñado de dolares

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Hernán Muriel Pérez
Comunicador Social, Periodista Digital, Fundador de Cofradía para el Cambio