Han transcurrido pocos días del nuevo año y, el común denominador, sigue siendo el asesinato de líderes sociales, nuestros héroes de la patria siguen pagando las consecuencias de un pecado muy humano, luchar por la justicia social de las comunidades, de los animales, del medio ambiente y de todo sector desfavorecido por los conflictos internos, conflictos que nos otorgan el deshonroso primer lugar en cuanto a desplazamiento interno a nivel global.
Los líderes sociales siguen muriendo por nosotros, por nuestros derechos, por las luchas que muchos no están dispuestos a dar por indiferencia o miedo, los héroes no empuñan armas, los héroes empuñan sueños.
La indiferencia de los medios y el Gobierno acrecientan un problema que, literalmente, es de vida o muerte para quienes están justamente convencidos de que este país se cambia con acciones. Al momento de escribir esta columna, en el inicio de año, ya van cuatro líderes sociales asesinados, un promedio devastador que nos llena de impotencia al saber que murieron por soñar una Colombia mejor para nosotros, lo peor, en las mismas zonas en las cuales se han registrado los más altos índices de muertes, claramente estas últimas se podían evitar si el Estado hiciera presencia social y no armada, entiéndase por presencia social a programas agrícolas, culturales y de educación que permitan subsanar la pobreza e inestabilidad económica, que en últimas, es factor determinante para que algunos ciudadanos tomen la decisión de integrar grupos armados ilegales empuñando las armas contra sus comunidades en zonas como Cauca, Antioquia, Valle del Cauca, Meta, Córdoba, etc.
Pero, ¿Quiénes los están matando?, Las denuncias recibidas por parte de las organizaciones de derechos humanos señalan no solo a grupos como Clan del golfo, ELN y disidencias, sino, a la fuerza pública y terrorista, estas prácticas, según denuncias, van desde sospechosamente hacer poco y nada luego de los asesinatos, ya sea la huida de sicarios y las negligentes investigaciones en las cuales las capturas de los autores materiales o intelectuales son casi nulas, otra denuncia es la utilización de panfletos amenazantes bajo nombres alternos como “Águilas Negras” o “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”, esta última organización aclaró en un comunicado oficial, no estar tras el asesinato de líderes sociales, entonces, ¿Quién las hizo?, un gran manto de duda se teje cuando ya conocemos la capacidad asesina del Estado evidenciada en criminales hechos históricos, por ejemplo, masacres conjuntas con las AUC, las bananeras y, últimamente, los falsos positivos.
¿Qué haremos con un Gobierno que está más preocupado por un país vecino que por sus propios problemas?
Este Gobierno no pinta nada bien para líderes y lideresas, desde la posesión de Iván Duque la cifra asciende a más de 200 personas desde el 7 de Agosto, día en el que oficialmente tomó las “riendas” del país, tal y como en la época comprendida entre 2002 y 2010, comandada por Álvaro Uribe, los criminales dentro del Estado y fuera de él se sienten tranquilos, manejan este país como su establo personal en el cual aplica la frase “quien no esté conmigo está en contra mía” y bajo ese proverbio criollo y paraquito se amparan para retirar de su camino a quienes luchan por usted, por ellos, por mí.
La sangre que nunca ha dejado de derramarse; la grave situación de los líderes sociales en Colombia es un cultivo que brota de forma alarmante al firmarse la paz en al año 2016, las acciones del pasado gobierno son principal causa de las cifras espantosas que se estan dando desde hace poco más de tres años. La poca atención de las denuncias, el abandono del estado en muchos lugares, la falta de seguimiento y apoyo a la restitución de tierras, hace un largo proceso coyuntural de muerte. El gobierno pasado se desentendió del posconflicto, y este gobierno sigue la misma línea. Su columna de opinión sigue un tópico de odio muy común; actual gobierno, líderes asesinados, nos estan matando. Que alimentan las verdades médiaticas de «300 líderes sociales asesinados desde que Duque es presidente» y muchas otras mentiras que se dicen sin reparo. Hay otros ocho años después del gobierno de Uribe, donde no dejaron de existir las muertes de quienes luchan por una sociedad mejor, donde no desaparecieron los paramilitares ni dejaron de amenazas para estos personajes que hoy son cifras, memoria. Ambos gobiernos merecen culpa, uno por no hacer nada y el otro por seguir su ejemplo. Y este artículo, pobre, habla a todos del odio que llevas escondido.
Es realmente vergonzoso que en Colombia históricamente y sistemáticamente las oligarquías que una vez denunció y pronosticó Gaitan se afianzarían en el poder a costa de lo que fuere para feriarse un país rico pero que a ellos solo les interesaría explotar de generación en generación. Luego de el en adelante todos aquel que se ha atrevido a denunciar lo que hoy más que una clase política es una mafia política organizada estatalmente que en nombre de un “remedo” de democracia dice evitar una segunda Cuba o Venezuela discurso que solo se lo han estado hoy vendiendo a medio país. Es mi parecer luego de ser empleado público por algo más de 25 años.
MI DIOS, coloque Tu Divina Mano Poderosa y Justa sobre nuestro País y los países que sufren exterminio por defender sus derechos, exterminio por manos avaras y sanguinarias de los corruptos…………TEN MISERICORDIA DE ELLOS, PORQUE CUANDO LES LLEGUE TUS JUICIOS, VAN A CRUJIR SUS DIENTES, permite mi DIOS que se puedan arrepentir a tiempo, antes que termine el tiempo de gracia QUE TU OTORGAS para aquellos que te persiguen y te matan………..
Excelente articulo, en este gobierno parece que eligió para resolver los problemas del vecino país y no los de Colombia, todos están empeñado en eso.
Lo q sele biene alos colombianos la mayoria pobres es callar x si no les toca pun pun…. con el gobierno q nos precide
La órden de asesinar a los líderes fué dada por el que ya sabemos: AUComandante.