Sí educación, no represión

La educación no debe seguir siendo vista como un privilegio para pocos estudiantes, porque la educación es un derecho, no un negocio.

Opina - Sociedad

2018-11-10

Sí educación, no represión

Dejar claro que las muestras de vandalismo son rechazadas rotundamente. Que no era necesario prender un policía con un molotov, ni pintar las instalaciones de medios de comunicación. Ahora bien, dejando de lado los noticieros con verdades selectivas, que solo se dedican a reproducir los actos de algunos contados vándalos y no las peticiones gritadas por miles de estudiantes, vamos a lo fundamental: una marcha de grandes proporciones –como las de los últimos días– y varios atropellos de fuerza por parte del Esmad y la Policía.

En el parque Caldas de la ciudad de Popayán, donde varios estudiantes universitario realizaban un campamento pacífico, algunos niños, que estaban en un colegio aledaño, sufrieron las consecuencias del gas lacrimógeno que lanzó el Esmad. En Medellín, en la entrada Barranquilla de la Universidad de Antioquia, se iban a llevar, injustamente, a un compañero, que solo estaba transmitiendo en Facebook lo que sucedía.

En Bogotá, en medio de la manifestación, se empezaron a escuchar bombazos que, de inmediato, hicieron esparcir a los estudiantes; en otro lado de la protesta, mientras varios estudiantes gritaban que no se utilizara la violencia, ellos —el Esmad— recurrieron a disparar con sus bombas explosivas. En otro video quedó registrado cómo un vehículo rojo se lleva por delante —como se ha llevado el Estado a los pobres— a varios estudiantes. ¿Cómo pueden celebrar algunos semejante acto tan cruel? Así como lo manifestaron varios en Twitter, diciendo que esos guerrilleros debían de morir atropellados. 

Es sencillo explicar la causa de tanta represión: el gobierno no ha escuchado, no ha cedido, no ha planteado mejores soluciones a la desfinanciación de la educación superior pública. Para empeorar la aguda crisis, se le ocurrió la conocida idea de cambiarle el nombre a lo que el pueblo ya conocía: lanzar Generación E, un programa pantalla con similitudes a Ser Pilo Paga, causante del desvío de recursos públicos a sectores privados.

¡No se puede seguir permitiendo que se financien universidades privadas con recursos que deben estar en las públicas! Primero, con el dinero destinado al programa Generación E se pueden financiar, en universidades públicas, un número de estudiantes que multiplica ocho veces los que estarían en privadas; segundo, la educación no debe seguir siendo vista como un privilegio para pocos estudiantes, porque la educación es un derecho, no un negocio. 

Lo peor es que la deuda con la educación pública del país viene desde los años noventa. Y lo peor es que, en la actualidad, se destina más plata para el presupuesto utilizado en las fuerzas de la muerte —soldados, policías, Esmad, etc.—, que en la educación superior. Y lo peor es que se condena a todos los estudiantes, como lo hizo Iván Duque en la última declaración a los medios; ante la crisis de imagen en la que está, con vándalos y maleantes.

Y lo peor, como si no pudiera existir algo peor, es que se prefiere recibir a un cantante de malas letras en la Casa de Nariño, antes que los estudiantes, líderes sociales, indígenas, desplazados; prefiere recibir, como lo ha demostrado, a toda la farándula barata antes que el pueblo que lo eligió.

Ante un horizonte tan nublado, no queda de otra que invitar a los asalariados, campesinos y a todos los hombres y mujeres que a diario trabajan para que esta patria sea mejor. A esos colombianos que solo han encontrado represión, poco o nada en educación, salud, comida y pensión, para que se unan al paro nacional que se avecina. ¡El poder siempre es del pueblo!

 

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Norvey Echeverry Orozco
Estudiante de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad de Antioquia. Ama el periodismo tanto como a su vieja.