“Estoy muy interesado en el progreso y avance del periodismo, después de haber dejado parte de mi vida en esa profesión, la recuerdo como una noble profesión de inigualable importancia por su influencia”.
Joseph Pulitzer
Recuerdo cuando el ejemplar de El Tiempo o de El Espectador reposaba en las tiendas de barrio o en los supermercados los domingos en la mañana. Los diarios esperaban ser leídos por las familias colombianas, quienes además de ser fieles compradoras, eran lectoras crédulas y adormecidas.
Las cadenas radiales y la televisión se alzaban como los medios de comunicación más apetecidos y el “periodismo independiente”, casi no era tomado en serio. Hoy en día el panorama es totalmente distinto, el periodismo ha dado un giro de ciento ochenta grados y hay quienes afirman que ha decaído, ¿acaso está en crisis el periodismo?
Ahora bien, con la llegada de Internet, la historia del periodismo se parte en dos. Internet dio lugar a una nueva forma de hacer periodismo que trajo consigo varios fenómenos, a saber: las redes sociales, las noticias falsas, los ‘bots’, el surgimiento de nuevos medios de comunicación, la participación e interacción del público, la creación de contenidos por parte de no periodistas, entre otros.
Estos fenómenos han afectado de manera considerable el periodismo. En primer lugar, las redes sociales han desplazado a la prensa escrita, es decir, ya no es necesario ir a un stand a comprar el periódico, basta con entrar a Twitter o a Facebook. En segundo lugar, las personas pueden subir contenidos o noticias a sus redes sociales sin la necesidad de estar vinculados a un medio de comunicación oficial. En tercer lugar, se ha abierto la posibilidad de creación y esparcimiento de noticias falsas.
En este orden de ideas, podría decirse que el periodismo está en crisis, aunque es necesario analizarlo. De un lado, las noticias falsas, los ‘bots’, la infinidad de portales y contenidos han afectado la legitimidad de los medios, el consumidor, el ciudadano o el usuario, ya no confía ciegamente en aquello que lee en Internet e incluso en la prensa tradicional. Asimismo, el trabajo y la remuneración de los periodistas ha sufrido un impacto considerable, teniendo en cuenta que gran parte del contenido en Internet es gratis y que cualquier persona puede subir el suyo sin ser periodista.
Por otro lado, el exceso de información es una nueva consecuencia, surgida de los múltiples nuevos portales que ha ocasionado, en varios casos, la falta de calidad de contenidos. Sin mencionar la facilidad con la que se pueden plagiar artículos.
Todos estos problemas dificultan el ejercicio del periodismo y, a simple vista, podría decirse que el oficio mismo afronta una crisis. Sin embargo, esta nueva forma de hacer periodismo también ofrece beneficios: se acomoda al ritmo de vida acelerado que viven las personas permitiéndoles acceder a la información desde su “Smartphone”; los consumidores tienen la posibilidad de criticar la calidad de las noticias o el sesgo de los medios de comunicación convencionales y, por supuesto, se abre paso a la creación de formatos como los videos de opinión y crítica en YouTube. La era digital presenta un desafío para el periodismo, mas no significa su crisis.