Indudablemente el flagelo del secuestro es un delito atroz y, que esto le ocurra a un niño que apenas despierta para la vida, lo hace aún más horroroso.
Desde el dia del secuestro y hasta el día de su “liberación”, el país entero estuvo y estará atento en torno a todas las noticias que se generen sobre este sonado secuestro; gracias a Dios el niño está en casa, de donde nunca debió salir.
Después que se conoció el secuestro del niño, centenares de voces gritaron y exigieron la libertad de Cristo José, desde la Banda Sinfónica de Bogotá, hasta los alcaldes de todas las capitales del país, convocaron la solidaridad de toda la nación, para exigir por la libertad del niño plagiado.
El día anterior a su liberación el presidente Iván Duque, mostrando su lado humano, visitó a la familia del niño de manera intempestiva para solidarizarse y sumar su voz de protesta frente al secuestro del menor de 5 años, hijo del actual alcalde de El Carmen, Norte de Santander.
Sin embargo, cabe recordar que una semana antes, ya el presidente había celebrado con bombos y platillos desde Cartagena la liberación del niño, aduciendo que se trataba de una información oficial, pero resultó otro ‘falso positivo’ de los que ya sabemos comprender.
El secuestro del niño fue atribuido inicialmente al ELN, pero ellos a través de un comunicado negaron esas afirmaciones y manifestaron su solidaridad con la familia del niño, incluso se ofrecieron para ayudar en su búsqueda. Obviamente los señalamientos se trasladaron automáticamente a la delincuencia común.
Mientras tanto, el Gaula, el Ejército y la Policía lo búscaban en las principales vías de acceso al departamento del Norte de santander y según dicen, presionaron intensamente a los raptores: todo hacía parecer que los días de angustia e incertidumbre se incemnetarian para la familia de Cristo José, porque nadie se comunicó con ellos para hacer exigencias de su posible liberación.
Fue en la mañana del martes 9 de octubre, cuando una noticia llenó aspaviento y emoción el corazón de los familiares del niño. El ejército reportó que la liberación de Cristo José se había conseguido, gracias a la aparente presión que la fuerza pública había ejercido sobre los hoy desconocidos secuestradores.
Pero a mí, algo no me cuadra. Marulleando, viendo, leyendo y escuchando las noticias, que van y vienen, empecé a analizar y a echar mano de la información de los medios, y me he tomado la molestia de compartir mis apreciaciones y preguntas que quedaron por montones.
Preguntario
¿Por qué los secuestradores nunca hicieron contacto con la familia?
¿Por qué los padres estuvieron enterados de dónde lo habían dejado y fueron corriendo con 16 hombres guiados por el papá del niño? Además, ¿hora y lugar específico?
¿Por qué no hay ningún sospechoso capturado? O ¿no hay sospechoso?
¿Acaso los secuestradores del niño en el Catatumbo habrían contado con la misma suerte de Guacho?
¿Por dónde pudieron escapar los secuestradores si tenían 500 hombres (según el General Alberto Mejía) fuertemente armados, junto los helicópteros, tanques y aviones de combate buscándolos?
¿Dónde está el supuesto líder comunitario que lo entregó y por qué no sospechar de él?
Escuchando una entrevista radial que le hicieron a Edwin Contreras (padre del menor) el relató lo siguiente: “Desde hace días les estaba “siguiendo los pasos” a los integrantes de la Fuerza Pública y ya sabía que ya estaban cerca de hallar al niño”.
Siguen mis preguntas: si la fuerza pública tenía ubicados a los plagiarios… ¿Por qué después de la liberación del niño no los pudieron encontrar?
¿Cómo es posible que si están haciendo un despliegue de esa magnitud lleven a un civil a que corra riesgo?, ¿desconocieron los protocolos de seguridad del ejército?
¿Por qué al papá del niño lo siguieron con drones (aviones no tripulados), y guio a los uniformados al sitio, si estaba claro que el ejército sabía de su liberación?
En redes hay quienes comparan este cruel momento con una pelicula mexicana llamada “La dictadura perfecta”.
Expreso mi solidaridad con los familiares y allegados de Cristo José y rechazo todo tipo de retención, incluso la faunística. Sin embargo, es bueno resaltar que aunque el presidente Duque haya llegado al lugar y se haya incrementando el pie de fuerza, en la región nada ha cambiado, por el contrario, se ha incrementado la violación de los derechos humanos…
¿16 hombres uniformados encontraron al niño en un paraje?… y minutos después, se lo entregaron a su padre… ¡A este pedazo, le falta un cuento! En honor a la verdad, para mí esto no tiene pies ni cabeza y algunas piezas del rompecabezas están tan ajustadas, que parece que ya conocían cómo armarlo.
El niño y su padre entran a la casa de Nariño, mientras los estudiantes que marchan en la calle, exigiendo educación, no se vieron por la televisión.
En conclusión, este secuestro polarizó al país y, eso no representa buenas noticias… ¿Y el ministro (comerciante) de defensa qué dijo?
Foto cortesía de: El Espectador
Muchas situaciones no encajan, acaso un sofisma de distracción?. Al parecer nunca se sabrá, como casi todo en éste país, lo importante es que la gran mayoría – espero – no se haya comido el cuento, sin embargo, lo que más me impresiona es que hayan utilizado un niño para esta pantomima.
Nuestro nuevo gobierno ya que tiene la voluntad y las facultades de declarar la guerra a los Jibaros; debe extender el proyecto a erradicar los secuestradores, sicarios, fleteros y violadores que son malas gentes, pide nuestras sociedades de seguro que ese modelo lo copiarian otros países de la región y sería bien recibido por las sociedades claro sin antes también extenderlo a personas que aprovechan sus funciones en los gobiernos para hacer robo continuado ( corrupcion) que está ligado a delincuencia. Muy bien señor presidente de iniciar su campaña al jibareo que tanto perjudica las familias colombianas.