El pasado mes de junio, regresé a Colombia después de vivir la experiencia Au Pair en Estados Unidos, sin desconocer los aprendizajes y las experiencias positivas, no hay que ignorar que el programa tiene fallas, anomalías que se desconectan de las expectativas generadas por la agencia en el país de origen antes de viajar.
Entonces, decidí iniciar una investigación que sigue su curso a través de la recolecta de testimonios de exparticipantes y el apoyo en ciencias sociales que han profundizado en este programa alrededor del mundo. Por ahora, considero necesario compartirles cómo se ha organizado el esquema Au Pair en Estados Unidos, uno de los pocos países que ha oficializado este programa dentro de su sistema migratorio.
Para empezar, es necesario definir el rol Au Pair según la embajada americana “…Las participantes y las familias anfitrionas vivirán una oportunidad de intercambio cultural gratificante. Las participantes podrán continuar su educación mientras viven cada día con una familia americana y las familias anfitrionas obtienen el cuidado de sus hijos por parte de quienes se convierten en un miembro de la familia”.
Otra definición señalada por Cultural Care, en su página web, menciona “Au pair” significa “a la par” en francés, lo que refleja el tipo de relación que tiene una au pair con su familia anfitriona, que es de igualdad, enriquecimiento mutuo y cuidado.
Ahora bien, para comprender el impacto del programa a nivel mundial, es importante reconocer que solo en 2017 ingresaron a Norteamérica 20.353 jóvenes entre 18 y 26 años bajo la figura Au Pair. Es decir, más de mil jóvenes, pudieran estar ingresando por mes a este país atraídas y atraídos por los beneficios ofrecidos.
¿Cómo funciona el programa en Estados Unidos?
Au Pair se incluyó en la categoría de visas J-1 y bajo la supervisión del Departamento de Estado desde 1986, no obstante, este delegó la responsabilidad a entidades externas o agencias, (15 actualmente), las cuales se encargan de seleccionar a los participantes nacionales (host families) y los extranjeros, (Au Pairs) así como de realizar su respectivo monitoreo.
El Departamento de Estado cuenta con un equipo conformado por 40 personas aproximadamente, que vigilan no solo a las agencias del Programa Au Pair, sino a los otros 14 programas de intercambio cultural que cubre el visado J-1, el cual gestiona alrededor de 300.000 visas anualmente.
Es evidente que las tareas desempeñadas por este departamento y, su escaso personal, le brinda una gran autonomía a las agencias quienes supervisan directamente a los participantes con la obligación de hacer entrega de un informe anual de rendimiento, incluyendo quejas y reclamos por parte de au pairs y/o familias anfitrionas.
Si bien el Departamento de Estado analiza esta información y cuenta con una línea de atención directa para quienes hacen parte del programa, no se logra evidenciar intervención o consecuencias contundentes hacia familias o agencias involucradas en quejas de abuso laboral, por ejemplo.
Las agencias cuentan con coordinadoras locales, para cumplir con el acompañamiento de los participantes en el programa. Estas mujeres reciben alrededor de $25 USD por familia cada mes, sin embargo, sus ganancias pueden aumentar a través de comisiones que implican ingresar a nuevo un grupo familiar o retenerlo en el programa, lo que apunta al cuidado de su cliente primordial: La familia anfitriona.
Es decir, sin importar qué clase de familia ingrese al programa o qué falta haya cometido, lo más conveniente para los empleados de la organización es protegerla. Además, pareciera desconocerse el rol de cliente que también tiene la o el au pair, sin contar con el grado de vulnerabilidad que tiene al ser inmigrante.
Durante mi estadía, por ejemplo, mientras esperaba acordar con mi familia anfitriona y la agencia un horario laboral determinado para la organización de mi tiempo libre, la postura de la agencia fue mencionar que muchas otras au pairs tampoco tenían horario y que debía ajustarme a las necesidades de la familia. Conociendo mis derechos, pedí un cambio de familia que implicó iniciar una nueva rutina en otro estado con personas distintas.
Por otra parte, 8 de 10 testimonios recolectados en la investigación Au Pair ¿A la par? Reconocen que cambió su percepción del programa una vez llegaron a Estados Unidos, justificando que “Los programas solo se preocupan por el bienestar de las familias más no de la Au Pair” “No todas las familias anfitrionas tienen claro el concepto que desempeñamos y los límites y muy pocas cumplen las reglas a cabalidad” “Lo que venden acá en Colombia es muy diferente a lo que uno recibe allá en EE. UU.”.
Antecedentes
En 1990, desde el congreso se concluye que las Au Pairs no deberían recibir la visa J-1 bajo la incongruencia que resulta ser trabajador con un visado de intercambio cultural. En el 2012, se critica nuevamente la categoría J-1 debido a las pocas consecuencias que sufrían los patrocinadores una vez incumplían las normas del programa, proponiendo que las visas J-1 pasaran a formar parte del Departamento de Trabajo.
Durante el 2013 en el senado se discutió acerca de los altos costos que tiene el programa para quienes quieren ser au pair (entre 500 a 3.000 dólares) esto, sin contar que las agencias cobran a la familia anfitriona alrededor de 8.000 dólares. La falta de transparencia ante estos pagos suele ser frustrante, ya que muchas familias desconocen los costos asumidos por el o la au pair desde su país de origen, creando la concepción estigmatizada en las familias de “importar con sus recursos la mano de obra de jóvenes extranjeros”.
Actualmente, una demanda firmada por Au Pairs reclama el pago justo de su salario, ya que se encuentra por debajo del pago mínimo legal, las agencias argumentan que se realiza un descuento del 40% por alojamiento y comida, aún cuando la ley establece que una vez estos servicios se presten por necesidad del empleador (familia anfitriona en este caso), no será viable restar este porcentaje.
Cabe mencionar que ninguna de las anteriores consideraciones ha sido aprobada hasta la fecha.
Para tener en cuenta
En 2015 fueron recibidas 3.505 quejas, de acuerdo con el análisis que hizo el Departamento de Estado, 58 de ellas tenían relación con el abuso laboral denunciado por au pairs, vinculadas a trabajo de más de 10 horas por día o más de 45 horas por semana. Se desconoce, sin embargo, el tratamiento a estos casos, ¿Qué pasó con las familias denunciadas? ¿Qué pasó con el denunciante? ¿Qué consecuencias tuvo la agencia involucrada? O ¿Qué medidas tomó para la no repetición de estas situaciones?
Tenemos entonces un programa que se hace oficial en Estados Unidos bajo la figura de intercambio cultural, desconociendo los derechos laborales de quien irónicamente trabaja a un costo muy bajo, siendo este el foco comercial para atraer a las familias anfitrionas.
Sin embargo, a quienes quieren ser au pairs, se le maximizan los beneficios educativos, culturales y monetarios que realmente dependen de “la suerte con la que corra en su familia”. Cada experiencia puede llegar a ser totalmente diferente, precisamente por la ambigüedad que surge de la falta de lineamientos claros por parte de las entidades responsables, quienes finalmente permiten a las familias crear sus propios límites en términos laborales, lo que afecta directamente la experiencia, los derechos y, por su puesto, el bienestar de muchos jóvenes participantes.
Por otra parte, existe un factor para determinar el éxito del programa y es la percepción por parte de quien vive el intercambio como au pair, ya que de acuerdo a sus rasgos de personalidad, a las concepciones construidas de su experiencia de vida y expectativas hacia el futuro, cada persona fabrica una definición de lo que considera bueno y malo, por ello, si usted está pensando en realizar este programa, infórmese desde artículos investigativos que le muestren un mapa integral para que identifique la veracidad de la experiencia y recuerde que en cada país las regulaciones son diferentes.
Excelente ☝️ describir una verdadera realidad. Claro que considero que lo importante es vivir la experiencia y poder contar nuestro propio testimonio.
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Meli… Gracias de antemano por tomarte el tiempo para desarrollar esta investigación que sin duda alguna tiene todos los fundamentos con soporte, de lo que es venir a vivir una vida de AuPair.
Me uno a tus conjeturas y si en algo puedo aportar con gusto lo haría. Esto lo debe conocer el mundo.
Es grato saber que existen personas como tú, que motivan a luchar por una verdad, igualdad e información que es precisa y apropiada de recordar. Y también me uno a la causa de hacerle saber a los jóvenes que piensan venir a ser AuPairs, qué es a lo que realmente se le conoce ser «un par» en este país; así como lo has desglozado.
Anita
Excelente artículo.!!!!
Hola, ¿cómo estás?
Quisiera saber con qué agencia viajaste.
Gracias! Qué buen artículo!
Hola Diana! Viajé con Uno-800 que hizo el enlace con Au Pair Care en Estados Unidos
Viajé con UNO800 pero en Estados Unidos es Au Pair Care