Los primeros dos debates de candidatos presidenciales han sido un abrebocas interesante de esta elección presidencial, la cual es la primera sin las FARC en actividad, con una ampliación del espectro ideológico y con personajes que tiene amplia experiencia en el sector público.
Estos debates, uno organizado por Teleantioquia y revista Semana y el otro por El Heraldo, Uninorte y Telecaribe, nos lograron mostrar algunas reflexiones sobre las propuestas de país presentadas por las campañas presidenciales. Sin embargo, también demostraron claramente los modelos de país que están en disputa, los techos de cristal que todavía están presentes en la organización, el poco interés por debatir los temas coyunturales de especial cuidado y unas estrategias comunicativas claras y concretas.
- La importancia de los temas regionales en estos debates, como era de esperarse al estar organizados por medios de comunicación regionales, la importancia que tiene la descentralización en la implementación de los acuerdos de paz y la reactivación regional como clave para el cierre de las brechas que han existido en Colombia.
- La presencia solo de candidatos hombres, sin la inclusión de Viviane Morales, del Partido Somos, y Piedad Córdoba, del Movimiento Poder Ciudadano. Una demostración profunda de lo que siempre se ha visto en los debates políticos, las candidatas mujeres son subvaloradas, excluidas o simplemente ignoradas.
- La no inclusión de Jorge Antonio Trujillo, candidato por Todos Somos Colombia, en el debate.
- Un Iván Duque que demuestra que el libreto fue aprendido de memoria, un tecnócrata que sabe transmitir su mensaje efectivamente. Lenguaje corporal sereno, mensajes cortos y directos, elocuencia de programa de televisión y un discurso poco flexible a la crítica o a la discusión abierta.
- Un Germán Vargas Lleras que, sin ninguna desfachatez, intentaba demostrar los resultados de su campaña política anticipada, usando las carteras encargadas de la infraestructura. Resultados, más resultados. Enfoques conservadores, legalistas y pocos innovadores son la base estructural de sus propuestas.
- Sergio Fajardo que muestra consistencia en su discurso contra la corrupción, sobre la educación y la transformación política, pero con una necesidad de ser más concreto, directo y específico con sus propuestas.
- Gustavo Petro muy elocuente con su argumentación, presentando propuestas concretas, pero alejadas de la realidad actual del país. Un candidato que demuestra la defensa de un modelo político, económico y social distinto, con amplio énfasis en la sostenibilidad ambiental.
- Humberto de la Calle sacó su casta, su experiencia en la vida pública, mostrando su compromiso con la defensa del acuerdo de paz, una posibilidad real de ser incisivo con sus argumentos.
- La poca presencia de los temas de política exterior, especialmente Venezuela. Al abordarse el tema, los candidatos asumieron posiciones vacilantes, llenas de dudas y poco operativas. Mostrando poco conocimiento sobre el tema migratorio, sobre la activación de los organismos multilaterales y el desconocimiento profundo de las realidades de nuestras fronteras, marítimas y terrestres. Hay que recordar que estamos frente a dos coyunturas de litigio estratégico, como lo son: la continuación del caso Nicaragua relacionado con los límites fronterizos marítimos ante la Corte Internacional de Justicia de La haya; y el caso de Ecuador sobre la muerte de los tres estudiantes mexicanos en el bombardeo donde murió alias «Raúl Reyes».
El próximo debate se realizará el 11 de abril, entre las 10:30 a.m. y las 12: 30 p.m. en el auditorio de la Sociedad Portuaria de Buenaventura. Este tendrá como énfasis la situación del Pacífico colombiano, una región con unas potencialidades enormes, pero con unos rezagos enormes en cuanto al desarrollo. Este debate contará con la presencia de Viviane Morales y Piedad Córdoba, pero sin la presencia del candidato Jorge Trujillo.
Estos debates nos traen una reflexión profunda sobre el estado de la discusión política, una necesidad de ser críticos al momento de leer las propuestas de los candidatos, la necesidad de exigir que los temas coyunturales sean tratados en la discusión y un llamado a la juventud colombiana a que salga a participar activamente en las discusiones sobre el futuro de Colombia.
Considero que los debates es algo muy bueno para la sociedad donde nos permite a las jóvenes dar nuestro punto de vista y manifestar nuestra inconformidad con algunos temas, también es una muy buena manera de hacer que las personas conozcan bien las propuestas de los candidatos y así estar seguros de su elección para escoger a la mejor persona para nuestro país.