Con la irrupción de las redes sociales como dispositivos para “engañar, desinformar y generar estados de opinión fundados en el miedo”, la elección presidencial del próximo 27 de mayo en Colombia se torna compleja, no solo por lo que está en juego en términos del ejercicio del poder político, sino porque subsiste una población que, por sus altos niveles de ignorancia y pobreza cultural, resulta proclive o susceptible a ser engañada. Por lo anterior, resulta clave tratar de hacer claridad en torno a asuntos y hechos que se vienen exponiendo en la actual coyuntura política y electoral que vive el país.
Quiero hacer referencia al miedo a que Colombia se convierta en otra Venezuela, ante un posible gobierno de Gustavo Francisco Petro[1] Urrego. La aprensión social está asociada, inexorablemente, a las ideas de Izquierda, al socialismo[2] como sistema político y económico y a la quimera del comunismo.
Para mayor claridad, lo que hay en práctica en el vecino país es una suerte de estatismo, realidad política distante de lo que es realmente un modelo socialista, tal y como lo concibe, por ejemplo, el expresidente de Uruguay, y exguerrillero, Pepe Mujica[3]. Eso sí, ese modelo venezolano está bastante lejos del régimen ecuatoriano que lideró el presidente Rafael Correa. Y aquí en este punto vale la pena señalar que la Derecha colombiana, con el concurso de la Gran Prensa y el uso ideologizado de las redes sociales, hábilmente crea el fantasma de la venezolanización de Colombia, al tiempo que oculta los avances que en materia de infraestructura vial y manejo macro económico logró el gobierno socialista (¿progresista?) de Rafael Vicente Correa Delgado. Por eso, quizás, nadie se atreva a pensar y proponer que subsiste el riesgo de la “ecuatorización de Colombia”.
Y como se trata de enfrentar a un fantasma que parece que realmente asusta, en especial a los más ignorantes, bien vale la pena señalar que la Izquierda colombiana es torpe y a la propia campaña de Petro le falta una dosis de perspicacia, por no enfrentar los miedos que genera la derecha con el llamado “Castrochavismo”[4], destacando los avances y los logros alcanzados por el Ecuador en los últimos años, a pesar de que insistió, el gobierno de Correa, con prácticas asociadas a la extracción de petróleo, a las que claramente se opone el candidato Petro Urrego.
En otro punto, la Derecha[5] y su numeroso “ejército” de indoctos y desinformados, asocian a Petro con el comandante Chávez y con su sucesor, Nicolás Maduro Moros. En este punto hay que señalar que Hugo Rafael Chávez[6] Frías fue una suerte de militar populista que buscó reivindicar la vida de millones de venezolanos pobres y miserables que la Derecha económica, social y política venezolana invisibilizó por más de 50 años. Pero comparar a Petro con el talante autoritario del Coronel golpista es un apreciable error conceptual por el origen castrense del primero.
Que Petro se haya levantado en armas contra el Estado colombiano bien podría acercarlo, por esa condición, a la vida que llevó Pepe Mujica en los convulsionados años 60; eso sí, hay que guardar las proporciones en cuanto al enorme ego que exhibe el exalcalde bogotano, frente a la sencillez y al tono reposado del uruguayo. Lo que no se puede negar es que Petro comparte el mismo talante mesiánico con el que actuaba Chávez Frías. Y mucho menos podemos olvidar es que Gustavo Petro, una vez reincorporado, ha actuado dentro de la institucionalidad y jugado dentro de las reglas de la democracia.
Quienes fustigan o temen a ese modo de concebir el poder popular y el papel del Estado, deben saber y reconocer qué líderes mesiánicos existen tanto en la izquierda como en la derecha. De allí que Uribe Vélez sea reconocido como un Mesías de derecha que claramente no buscó, entre 2002 y 2010, reivindicar a los más desposeídos, pobres y miserables colombianos que superan los 15 millones, que viven en esa Colombia rural profunda que se acostumbró a que grupos armados ilegales ejercieran la autoridad y fueran el “Estado” en sus territorios. No. Por el contrario, en sus ocho años de gobierno —que pudieron ser 12 si la Corte Constitucional no se lo impide— solo buscó beneficiar a los grandes ricos, a las multinacionales y por supuesto, ampliar su riqueza[7] y sus dominios territoriales en su calidad de ganadero, caballista y latifundista.
Realmente, los daños[8] que Uribe Vélez le hizo al país, a la institucionalidad y al Estado social de derecho y a la democracia, en sus ocho aciagos años de mandato, lo acercan más al talante y a los gobiernos de Chávez y Maduro. Por lo anterior, el expresidente y reelecto senador es el mejor exponente de un gobierno autoritario que desdice de la democracia y del equilibrio de poderes, tal y como sucede tanto en Venezuela como en la Cuba de los Castro.
Se trae a colación al expresidente antioqueño (2002- 2010) porque existe la enorme posibilidad de que pueda regresar al poder presidencial, esta vez en el cuerpo de su ungido, Iván Duque Márquez. Y los temores de que ello suceda no son infundados, si tenemos en cuenta lo dicho y lo no dicho por su candidato en varios escenarios. Recientemente, en un foro-debate en la Universidad de Columbia, en NY, el elegido por Uribe y sus seguidores, señaló que es partidario de acabar con las Altas Cortes, para crear solo una.
La pretensión de Duque Márquez lo acerca no solo al talante poco democrático de su mentor[9] y a su incansable búsqueda de concentrar el poder en sus manos, debilitando el Estado social de derecho y el equilibrio de poderes, sino al carácter autoritario de Hugo Chávez Frías y su sucesor, Nicolás Maduro[10].
El tema de reducir el número de Cortes tiene como trasfondo dos hechos claros: el primero, que fue la Corte Constitucional, con ponencia negativa del entonces magistrado Humberto Sierra Porto, la instancia que impidió que Uribe[11] se reeligiera por segunda vez consecutiva y alcanzara su tercer periodo como presidente, afectando el equilibrio democrático y reduciendo el funcionamiento del Estado a su carácter autárquico. Y el segundo hecho, tiene que ver con la Corte Suprema de Justicia[12], cuyos magistrados fueron “chuzados” por agentes del DAS, entidad que Uribe manejó como su policía política para perseguir a sus críticos, periodistas, magistrados y académicos. Recientemente, en esa misma corporación se ordenó investigar las actuaciones de Uribe en las masacres del Aro y la Granja.
Así entonces, la propuesta de Duque se sostiene en una vieja aspiración de Uribe Vélez de cerrar o acabar con las altas Cortes, en especial, con aquellas cuyos magistrados han tenido la entereza ética de enfrentarlo jurídicamente y tratar de esclarecer los hechos que varios miembros de las AUC han denunciado y que vinculan al hoy senador de la República con fuerzas paramilitares.
Y frente al trino del propietario del Centro Democrático en el que claramente amenazó a las directivas del Noticiero Noticias Uno, de revisar la concesión estatal de la que goza el informativo en un eventual gobierno de su ungido, el candidato presidencial no solo se muestra incapaz de interpelar a Uribe y de rechazar lo que sería una abierta censura a un medio de comunicación, sino que su disposición de respetar la libertad de prensa no suena creíble.
En este punto, entonces, tanto Uribe como Duque, se acercan más al talante autoritario de Chávez Frías, especialmente en el caso del cierre de RCTV[13] y de otros medios. Un caso similar sucedió con el gobierno de Correa, quien de muchas maneras se enfrentó a la Prensa que él logró vencer y someter a su modelo político y económico. Y en este no punto no nos podemos equivocar. Tanto en los regímenes de derecha e izquierda, la libertad de prensa es una utopía. En ambos casos, podemos hablar de “periodistas incorporados” que juegan a favor del régimen político vigente. No hay realmente periodismo libre.
Explotar la paz en dos sentidos
La derecha y la ultraderecha buscarán explotar el fin del conflicto armado interno que logró el presidente Santos con las Farc, a pesar de las disidencias que ya alcanzan los 1.200 miembros. Y lo harán en dos perspectivas: la primera, en el orden de lo económico[14], llevando actividades extractivas a los territorios que las Farc-ep abandonaron. Es decir, Uribe-Duque o Duque-Uribe buscarán, con el concurso de Vargas Lleras, hacerse con esos territorios para extender su modelo extractivo y acentuar la especialización agrícola por la vía de los monocultivos de caña de azúcar y palma africana, entre otros, para la producción de agro combustibles. Ya llegaron sus amigos industriales, empresarios y banqueros a la altillanura. Y la segunda perspectiva, en el orden de lo político, poniendo las curules alcanzadas el pasado 11 de marzo, para hacer trizas el Acuerdo Final, o por lo menos, para torpedear el ya difícil y lento proceso de implementación.
Ante este panorama, se espera que los países que acompañaron el proceso de paz de La Habana y la misma ONU, enciendan las alarmas y vigilen de cerca el proceso electoral en Colombia y, ante un triunfo de Duque o de Vargas Lleras, establezcan los mecanismos para monitorear de cerca las decisiones políticas que adopten quienes claramente buscarán regresar al país a los años de la barbarie, la entronización del ethos mafioso y la consolidación de un modelo económico y político que agranda la brecha entre ricos y pobres.
En materia ambiental, el Estado colombiano asumió compromisos ambientales por ser un país biodiverso. Y es claro que entre 2002-2010 las licencias mineras crecieron exponencialmente. Debe el mundo reconocer que Colombia no tiene la institucionalidad ambiental suficiente para enfrentar actividades extractivas y los proyectos minero-energéticos agenciados tanto por Uribe, como por Santos. Muy seguramente, los conflictos socioambientales crecerán y con estos, los problemas de orden público y el malestar social que ya se respira en zonas en donde hacen presencia multinacionales que Uribe benefició con la entrega de licencias exprés.
Así las cosas, es urgente que los colombianos analicen muy bien los discursos de los candidatos presidenciales y tomen la decisión de votar, basados en la comprensión de sus proyectos y no llevados por los miedos y las verdades a medias que circulan en las redes sociales y en los medios[15] masivos. Quizás baste con dedicar unos minutos a leer y a interpretar, así sea con la ayuda de un vecino que tenga mejores criterios e información. Lo que nos jugamos el 27 de mayo no es un asunto menor. Tenemos la oportunidad de cambiar la historia.
Adenda: desde esta tribuna, y dado el escenario de crispación ideológica, invito a votar por Humberto de la Calle Lombana[16] en primera vuelta. En caso de que pasen a segunda vuelta, Petro y Duque, o Duque y Vargas Lleras, lo más probable es que vote en Blanco.
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[1] Véase: https://www.alainet.org/es/articulo/191239
[2] Véase: http://viva.org.co/cajavirtual/svc0536/pdfs/Articulo109_536.pdf
[3] Véase la entrevista que concedió Pepe Mujica a la periodista Claudia Palacios: https://www.youtube.com/watch?v=tuOjL5Zjx4M
[4] Véase el artículo de Ariel Ávila en la revista Semana: http://www.semana.com/opinion/articulo/ariel-avila-columna-quien-es-el-castrochavista-mas-grande–de-colombia/561098
[5] Véase: http://germanayalaosoriolaotratribuna.blogspot.com.co/2017/05/se-destapo-la-ultraderecha.html
[6] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2013/03/se-murio-chavez.html
[7] Públicamente ofreció presentar su declaración de renta, como un acto de transparencia. Esta fue presentada al entonces Procurador General de la Nación, el impúdico Alejandro Ordóñez Maldonado, que jamás la hizo pública, porque no era de su competencia ni recibir, ni de exhibir el contenido de dicho documento.
[8] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2014/05/los-danos-que-uribe-velez-le-hizo.html
[9] Véase: http://germanayalaosoriolaotratribuna.blogspot.com.co/2017/07/otra-sobre-el-mismo.html
[10] Véase: http://viva.org.co/cajavirtual/svc0540/articulo02.html
[11] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2015/05/condenar-uribe-imperativo-moral-para.html
[13] Véase: http://www.voltairenet.org/article148909.html
[14] Véase: http://laotratribuna1.blogspot.com.co/2015/05/paz-politica-o-paz-economica.html
[15] Véase: https://www.sur.org.co/elecciones-colombia-opinion-publica/
[16] Véase: http://germanayalaosoriolaotratribuna.blogspot.com.co/2017/03/los-presidenciables-v.html