Sacar provecho de la caída del puente del Chirajara sería un acto sumamente oportunista, pero desconocer que Colombia está llegando a los límites más bajos en cuestión de corrupción es innegable. Una obra que costó más de 70 mil millones de pesos y que fue dada «supuestamente» al mejor contratista, no se puede desplomar dos meses antes de la fecha de su entrega, aunque en la página de la Presidencia ya aparecía como terminada, entonces así como Vargas Lleras y Santos inauguran obras sin terminar y sacan pecho por su gran gestión deben de poner la cara cuando la cosas salen mal.
Decir que la ingeniería Colombiana está atravesando un mal momento porque las obras públicas se están cayendo, es querer negar el carácter corrupto y amañado de cómo se han entregado históricamente las concesiones en Colombia. Cuando la Contraloría concluyó que la responsabilidad en este penoso suceso era exclusivamente de la concesionaria está justificando la negligencia del Estado, porque la ANI y el Ministerio de Transporte debían ser igual de diligentes con los procesos de adjudicación y posterior ejecución de la obra así como fueron en la instalación de 3 peajes en menos de 80 kilómetros en el Urabá antioqueño.
En Colombia los entes de control destapan todas las ollas podridas pero cuando ya todo está hecho o cuando no hay marcha atrás. El puente del Chicajara no lo tumbó la lluvia como afirma el Representante a la Cámara por Cambio Radical Rodrigo Lara, esa estructura la tumbó la corrupción que en nuestro país se ha convertido en un fenómeno sistemático con vida propia, de la que comen muchos pero siempre los mismos con las mismas.
Casos como Reficar y Odebrechet le quitan al país 40 billones de pesos, recursos que realmente podrían ser usados para financiar el déficit de la educación pública que se ha estimado en $1,4 billones en funcionamiento y $13 billones en inversión, solucionando el problema de 32 universidades públicas que forman a más de 560 mil jóvenes que podrían ser los encargados de reconstruir este país.
Colombia es la única parte del mundo donde la corrupción es maleducada o sino pregúntenle al Contralor de Antioquía, quien fue suspendido de su cargo por presentar un diploma de doctorado falso, y la captura del alcalde de Bello, Antioquia por falsedad en el diploma de Bachiller, o los famosos posgrados falsos de Peñalosa cursados en Francia. Entonces, qué podemos esperar de estos gobernantes que además de decir mentiras no están preparados para ejercer un cargo público, y cuando no están preparados recurren a las vías de hecho como el gobernador de La Guajira, Kiko Gómez, que fue condenado a 55 años de prisión por mandar a matar a un concejal del municipio de Barrancas.
Acá no solo se caen los puentes sino también los estadios, esto le ocurrió a una grada del estadio de la cuidad de Neiva donde murieron 3 obreros, otro caso reciente fue el colapso de la tribuna oriental del estadio Jaraguay de Montería Córdoba.
Otra mala costumbre que tenemos los colombianos es entregar escenarios deportivos a medias, por ejemplo, en el año 2011 el Mundial Sub 20 de fútbol se jugó en un estadio Pascual Guerrero sin haber sido terminados los palcos, algo similar le ocurrió al estadio de Santa Marta el cual albergó la inauguración de los pasados juegos Bolivarianos sin estar terminado. Peor suerte corrieron los escenarios deportivos de los juegos nacionales realizados en Ibagué donde nisiquiera fueron entregados y ya hay 7 ex funcionarios capturados por el desfalco de más de 140 mil millones de pesos.
Así que por mucha responsabilidad que le quieran endilgar a los ingenieros, acá los únicos responsables son los que siguen votando por los mismos para que Colombia no se convierta en una segunda Venezuela o los que votan por el menos peor o finalmente los que votan con el estómago y el bolsillo.
Al parecer la ingeniería también llegó a la salud ya que las EPS han construido a costas de los colombianos, un negocio que le cuesta 21 mil millones de pesos al sistema cada año pero al final los que siempre pierden vamos a ser nosotros y los hospitales públicos que a la fechas las EPS les adeudan 10 billones de pesos.
En sí el problema no es que el puente se haya caído, el verdadero problema es la apatía y el desinterés político de algunas personas que aun así quieren que los gobiernen bien, esos para quienes su única ley son las cadenas de WhatsApp, los que se indignan por el alza en los impuestos o el mísero salario mínimo pero no hacen nada para que eso cambie, son los mismos que le exige más a un futbolista que a sus gobernantes.
Hasta tendrán razón cuando dicen que somos el segundo país más feliz del mundo porque aunque estamos mal todo lo vemos bien y el único referente que se usa para determinar eso es el pésimo y fracasado sistema político Venezolano.
Para nadie es un secreto que unos pocos son los mismos que nos han mal gobernado durante tantos años, pero lo más preocupante es que el tiempo se está acabando y si no hacemos nada no solo el puente estará quebrado sino que no habrá nada con que curarlo.
Nada que discutir, todo lo escrito es una «verdad de puño» … No sentimos como nuestro el país, porque realmente tiene otros dueños … los que desde siempre nos han robado, y se han ido «heredando» la tarea de administrar, haciendo creer que los han elegido, nada menos cierto, la administración se convirtió en venta … cada familia se apropia de un buen número de activos (incluida la tierra), y los ofrecen al mejor postor; las decisiones no se toman pensando en el bien común, solo pensando en billete, ejemplos hay por montón; recientemente: páramo Santurbán, Odebretch, Reficar, etc., etc.; ejemplos de ventas concretas: Isagen, concesiones para extraer petróleo, carbón, gas y demás recursos minerales económicamente atractivos y abandono de la administración de prácticamente todos los servicios públicos y de transporte. Ventas de entidades que aún no han concretado, y si nos descuidamos las perdemos: Ecopetrol, ETB, etc., etc.; y lo más importante: La tierra en cualquier parte del país, especialmente aquellas cuyo potencial agrícola, minero, turístico, o en la que cualquier otro elemento negociable, sea factible vender.
La obra no costó «más de 70 mil millones de pesos», sino la frijoladita de 313.691 millones de pesos. Y el dato no es irrelevante dadas las características del proyecto así como los contratistas involucrados en él, de acuerdo con revista Semana. http://www.semana.com/nacion/articulo/colapso-del-puente-de-chirajara-en-la-via-bogota-villavicencio/553710
La verdad, verdad, ha sido dicha, y no hay mas que agregar…
No estoy de acuerdo con que se diga que un puente se cae por corrupción. La corrupción hace que las obras se retracen, tengan sobrecostos, no se terminen y muchas más cosas mencionadas en este artículo (de lo cual estoy de acuerdo y toca arreglarlo). Comencemos con que «nadie quiere que un puente se caiga» . Bien sea por el escandalo público o por los problemas con la justicia o muchas otras cosas. Ahora, porque se cae el puente? Se cae porque los diseñadores de estructuras cometieron un error de cálculo (siempre en pro de salvar costos, eso no es corrupción, es parte de la ingeniería), o los ingenieros de materiales seleccionaron mal los materiales, o los ingenieros de calidad no corroboraron las especificaciones de los materiales, o los ingenieros de manufactura no realizaron un buen procedimiento. Por cualquiera que sea la causa (de nuevo lo digo, todos pensando en ahorrar costos como parte importante de la ingenieria, así sea sea para beneficio personal) es error de ingenieria el que se caiga el puente, no corrupción.
Men, en serio? Hablas como todo un ingeniero corrupto! Solo en mi pais se defiende la corrupción de una forma tan descabellada, omaigá! Esa platica se perdió! @_@