En Colombia sobran causas para ser rebeldes útiles; pero ojo con los populistas que dividen y restan. Si estamos así ha sido por los azuzadores de regionalismos, los embaucadores de la paz o la guerra, y ahora los profetas de la anticorrupción selectiva: porque nada se habla contra Peñalosa ni Gina Parody. Peor es el que sabe que está inhabilitado por la Contraloría, y busca por firmas aumentar adeptos para a la hora de las elecciones negociar apoyos ($) con los mejores postores.
El revolcón que necesita este país, lo tenemos que dar nosotros, el pueblo, sin ser utilizados por firmas ni militancias partidistas, que las conciencias solidarias sean las que hagan los cambios que clama la Colombia mejor que anhelamos y merecemos.
Veamos el panorama colombiano, el sancocho que no se nos puede convertir en una caja de pandora. Destapemos, mirando, viendo, bien adentro, para elegir sin equivocarnos, en unas próximas elecciones que serán trascendentales por lo tanto que hay en juego para el futuro de Colombia.
Cuál izquierda, dijo Timochenko a principios de este año, reconociendo que ni ellos mismos lo son. Las Farc, aplicando sus estrategias guerrilleras, está agazapa, reorganizándose, para ir por la Presidencia dentro de 8 años, viendo cómo los ególatras populistas se despedazan más llegando al punto en que ninguno les haga resistencia.
El centro no existe, este es un país de extremos, la política de los oportunistas como Santos supera en surrealismo a Macondo. ¿La U y los Liberales de centro; desde cuándo?
La derecha es la de los mismos con sus mismas políticas, excluyentes hasta la deshumanización.
A veces a quienes más criticamos es a quien más nos parecemos. Siguiendo como vamos estaremos peor que Venezuela. Santos nos está llevando a mutar hacía un “santomadurismo” que deja sin piso el “castrochavismo”, el endeudamiento del país traerá tan malas consecuencias como la imparable inflación venezolana.
Y, por cierto, si ya las Farc se “desarmaron” y pronto saldrán de las Zonas, con un ejército colombiano tan grande qué hacen militares cubanos llegando a Colombia. Yo estuve entre los soldados cubanos que desembarcaron en Angola, alerto de que algo se está fraguando.
No soy un mutante político. Siempre estuve y me mantengo junto a la gente, a favor del pueblo colombiano, como uno más, desde que fui adoptado por el decreto presidencial que firmó Uribe en el 2008. Soy un ciudadano del universo al que le tocó nacer en Cuba y que quiere morir de muy viejito en Colombia, sirviéndole a este país que tanto me ha dado, solidario.
Conozco muy bien a todos los partidos, y aunque en mi genética no está la “malicia indígena” la intuición nunca me ha fallado en estos 52 años que llevo de vida. Prevenidos tenemos que unirnos, como pueblo, para dar el revolcón que salve a Colombia de los nuevos males que cocinan, en secreto, esos populistas disfrazados de líderes sociales.
No más izquierda, centro, derecha; la gente es lo que importa, los que valen.
Aunque los mismos políticos de siempre se han adueñado de casi todos los poderes, y tienen a su disposición el que suponen es el más importante -la Prensa- en las elecciones necesitan del más poderoso de todos, el 5to poder, del que en realidad dependen los demás: la Gente.
El revolcón que propongo es una revolución para cambiar todo lo que necesite ser cambiado. A nuestra Colombia hay que cambiarla ya, entre todos y para el bien de todos.
Colombia, al igual que el resto de Latinoamérica, siempre ha sido caudillista, ejemplos sobran. Necesitamos líderes verdaderos, no jefes políticos. Los líderes que hacen falta son los Promotores de Procesos y Coordinadores de Esfuerzos, quienes surjan desde la gente, junto a la que andan inmersos, escuchando necesidades y uniendo.
Ya es hora de apoyar a líderes nuevos, no más a los mismos políticos que han llevado a este gran país al callejón suicida del mal para peor.
Hay que apoyar, votar, a candidatos con propuestas concretas, no con slogans que devienen en frases vacías. Apoyemos a líderes comprometidos con el bienestar de los colombianos, la verdadera paz. El revolcón, la revolución, se hace votando.
Los que se abstienen de votar, por pereza o apatía; los que votan en blanco; los que anulan votos; están haciéndoles el favor a los mismos políticos de siempre, facilitándoles ser Congresistas o Presidente, quedando electos con pocos votos.
Cuando no se vota, se hace en blanco, o se anula el voto, se está siendo cómplices con los mismos políticos que decimos ¡ya nos tienen mamados!
Mi propuesta va más lejos: crear Grupos de Solidarios, donde la gente se agrupe para hacerle entender a los líderes cuáles son las problemáticas de la ciudadanía y lograr soluciones trabajando junto a los líderes.
Estos Grupos Solidarios también deberán ser Veedurías Solidarias a las que el líder rinda cuenta de su quehacer, reuniéndose periódicamente con la gente que lo eligió, exigiéndosele que visite asiduamente a las comunidades (localidades, municipios, barrios, veredas) interesándose y liderando las gestiones para resolver las necesidades de la gente. Y cuando los líderes elegidos no respondan a la ciudadanía, los Veedores Solidarios deberán denunciarles ante las organizaciones políticas y hasta en otras instancias de ser necesario.
Es que los mismos políticos de siempre solo tienen tiempo cuando andan en campaña buscando votos, y una vez electos nunca van a encontrarse con la gente, ignorando a quienes votaron confiando en que ayudarían a resolver los problemas que nos aquejan.
Cambiemos el país, para bien de todos y con todos; solidarios.
