Se aproximan las elecciones y las aves de carroña, políticos en su totalidad, sienten ese aroma a poder y vienen a devorar lo poco que queda de dignidad en nuestro país, así mismo su interés ronda tras el erario el cual ciertos buitres se han ido tragando estos últimos años. Quizás suene algo despectivo lo que digo, pero es la forma más gráfica de describir a esos personajes que hoy rondan hambrientos por nuestras cabezas, pintando ilusiones y untándose de pobreza donde una vez jamás la percibieron.
Cada semana, en Colombia, sale un titular nuevo en donde la corrupción se hace presente y delimita una realidad que a muchos aqueja, pero a pocos despierta y es quizás eso lo que realmente preocupa. Estas semanas el espacio en los medios de comunicación ha sido para el «honorable», «honesto» y «transparente» ex ministro de vivienda y ex vicepresidente de Colombia, el señor Germán Vargas Lleras… un tipo que ha forjado su carrera a punta de coscorrones y que hoy quiere ocupar la Presidencia de Colombia con la hipocresía que bien lo caracteriza.
Este «honorable» y reconocido personaje de la mezquina clase política colombiana es tan solo uno de los cientos de fracasos que hemos tenido los colombianos tanto por elección como por imposición y es que, hoy, el hombre no solo se caracteriza por su obra más reciente «Colombia con coscorrones mejor», sino también ha sido aquel personaje de obras tan preciadas como «lleve su casa gratis, yo se la regalo» y quizás la mejor trabajada hasta el momento: «firme aquí y conserve su puesto» como se puede apreciar con ciertas declaraciones de contratistas y funcionarios de entes públicos y gubernamentales, véase el caso del SENA en Santander o de la Gobernación del Tolima.
Creía que esto último eran malas jugadas de las demás aves carroñeras en competición por la casa de Nariño, pero, tristemente, se acercó hoy una señora allegada a mí a pedirme una firmita por este fracaso colombiano, es decir, por este «admirable» compatriota que ha dado mucho de qué hablar, no solo por hacer campaña con el programa de vivienda del Gobierno, que por cierto resulta ser hoy su única fuerza dentro del discurso populista que aviva la emoción y el sentimiento de aquellos que solo guardan la esperanza en las mentiras, sino también por aquel que se mostró agresivo ante cámaras con sus funcionario, indiferente con el pueblo que le seguía y susceptible ante el involucramiento de su partido en avales a corruptos de «gran prestigio» que ya han tenido ustedes la oportunidad de darse por enterados de tan despreciables personas. Esta señora con súplica en sus ojos me confirmaba lo que apenas temía: su contrato dependía de su gestión en la recolección de firmas.
Mirando más a fondo su obra maestra «firme aquí y conserve su puesto» cabe informar que La silla, un medio de opinión alternativo como este, publica un artículo titulado: En el Sena Santander le están recogiendo firmas a Vargas Lleras. Sin duda alguna un artículo muy bien elaborado y que concreta su esencia en lo siguiente: «En tres casos nos dijeron que ya habían entregado una parte de las firmas y que estaban terminando, en los demás explicaron que estaban en el proceso pero que no había sido muy fácil recogerlas todas. Todos coincidieron en que la meta era 100 firmas por cabeza.»
Es entonces como colombiano que me cuestiono: ¿tan miserable es este tipo para jugar con la dignidad de funcionarios y contratistas de esta manera? y hago un apartado diciendo: ¿Tan miserables somos los colombianos para permitir estas arbitrariedades que sentencian nuestro futuro como país?
Continuando con esta historia sacada de la realidad, nos vamos para el caso del Tolima, precisamente en el ente gubernamental que nos representa a esta población a nivel departamental y es que el medio de comunicación «El olfato» realiza una maniobra similar a la de la Silla Vacía en donde, en resumidas palabras: «ELOLFATO.COM pudo confirmar que a los contratistas de la Gobernación del Tolima, de todas las secretarías e institutos descentralizados, les entregaron 10 formularios -a cada uno- para recogerle firmas al exvicepresidente y precandidato presidencial». Una maniobra que según algunos contratistas se vienes realizando desde el mes de Agosto.
En definitiva, la maquinaria política de este reconocido personaje se ha puesto en marcha y representa en cierta manera un riesgo para el país, ya que lo único que se logra apreciar en esta carrera absurda al poder es eso: ambición por el poder y menos interés por un bienestar colectivo.
Hoy en este espacio le tocó a Vargas Lleras, el señor coscorrón del año, posiblemente en otros espacios le toquen a otros personajes, a otras aves de carroña que como esta, han venido cegando al pueblo de la realidad que nos consume cada día más como nación.