La pieza publicitaria[1] que acaba de producir Cambio Radical, la micro empresa electoral de Germán Vargas Lleras, marca, desde ya, el talante confrontador y polarizante con el que la Derecha y la Ultraderecha asumirá la campaña electoral de 2018. Se trata, sin duda, del segundo tiempo del Plebiscito[2] del 2 de octubre de 2016.
Nuevamente, los sectores del Establecimiento que no reconocen el Acuerdo Final negociado en La Habana, dirán mentiras, meterán miedo a millones de ingenuos votantes y los engañarán como lo han hecho durante los inicios de la República.
Se trata de un corto, pero bien logrado video en el que se observa a un jugador de billar pool, “tacando” a una bola. La esfera que es golpeada, representa al Frente Alternativo Revolucionario del Común (FARC). El taco con el que se golpea a dicha bola, es manejado por un hombre vestido con saco y camisa manga larga. El logo símbolo del nuevo partido, “remplaza” al número 11 con el que se identifica, en el juego normal, la bola escogida.
La bola con la que se “taca” a la que corresponde a las Farc, lleva el logo del mini partido Cambio Radical, y corresponde a la bola blanca con la que en el juego del billar pool, se golpea a las demás, identificadas cada uno por un número, hasta llevarlas a los huecos, troneras o “buchacaras”[3], propias de las mesas de billar.
El logo símbolo de las Farc[4], en forma de rosa, está acompañado de la sigla FARC, escrita en color verde, que recuerda el pasado militar de esa ex guerrilla.
Bien vale la pena analizar el texto que acompaña a las imágenes: “A partir de los Acuerdos, las Farc entraron al juego. Ellos pretenden llevar a Colombia al comunismo y a la tragedia de Venezuela, al autoritarismo, al hambre y a la pobreza. Si los dejamos, las Farc nos pueden llevar a la dictadura y al atraso. Por eso, el Partido Cambio Radical con el apoyo de los colombianos, los va a enfrentar en democracia… y los va a derrotar”.
Miremos, primero, lo que correspondería a Lo No Dicho, en el texto leído en la pieza publicitaria. En primer lugar, se ocultan antecedentes y prácticas políticas recientes, asociadas al autoritarismo. Esto es, se niega el pasado autoritario de los gobiernos de Turbay Ayala y Uribe Vélez; incluso, se oculta el talante arbitrario y grosero que en escenarios públicos y privados se le reconoce, de tiempo atrás, a Germán Vargas Lleras. Y no se trata, simplemente, de un problema de carácter: estoy hablando de una forma interiorizada de proceder, impulsada y anclada profundamente en su condición de clase y el linaje del apellido Lleras.
En la misma perspectiva de Lo No dicho, el soporte publicitario recrea una Colombia sin pobres y sin hambre. Y todos sabemos que ese país, en esas condiciones, no existe. Al ocultar esa realidad que deviene histórica, el texto que acompaña a la pieza publicitaria, inocula miedo en las audiencias dado que ahora sí, con la llegada de las Farc al poder, el país se llenará de ciudadanos pobres y además, hambrientos.
Ahora pasemos a un análisis desde la perspectiva de Lo Dicho, es decir, a la verdad que se quiere recrear, posicionar, fortalecer o entronizar en los consumidores de dicho spot publicitario. Es cierto cuando quien lee el texto, señala que las Farc entraron al “juego de la democracia” gracias a los Acuerdos.
Allí, inicialmente, se expresa la aceptación de los mismos por parte de Cambio Radical y de Vargas Lleras y de su equipo, aunque no pueden ocultar sus miedos por la naturaleza política de las nuevas Farc. De igual manera, se puede entender el mensaje como una invitación a las Farc, para jugar el mismo juego que está planteando Cambio Radical.
Al decir que las Farc llevarán a Colombia por el camino del comunismo, activan viejos miedos y fantasmas; incluso, desentierran la vieja doctrina norteamericana con la que dieron vida a la Alianza para el Progreso, política pública transnacional con la que enfrentaron al enemigo transfronterizo: el comunismo. Misma doctrina con la que se validó la doctrina de seguridad nacional con la que se enfrentaron a las guerrillas levantadas en armas en los años 60 y que aún sectores del Establecimiento se resisten a su desmonte.
Al nombrar a Venezuela, vuelven a activar los miedos de millones de colombianos que, gracias al trabajo persuasivo de los informativos de los canales privados RCN y Caracol, no quieren padecer problemas de abastecimiento de papel higiénico y productos de la canasta familiar, tal y como ha sucedido en el país vecino. Todo lo anterior, a pesar de la existencia de carteles privados del papel higiénico, del azúcar, de la Toga y de los Cuadernos, entre otros.
Y con toda la fuerza discursiva, que indica una profunda confianza en “los colombianos”, y con “el poder las mayorías”, dice la pieza publicitaria y por su conducto, Germán Vargas Lleras, que derrotarán a las Farc, jugando las reglas de la democracia. Que en el soporte publicitario se prometa derrotar al nuevo contrincante, “en democracia”, manda a las audiencias un mensaje no solo de confianza en obtener el triunfo, sino en que se hará respetando las reglas del juego, del juego democrático.
Pero todos sabemos que no será así: Cambio Radical está, de tiempo atrás, anclado a prácticas clientelistas y mafiosas; incluso, varios mandatarios regionales que contaron con el aval de Vargas Lleras, hoy están procesados por la comisión de crímenes y delitos fiscales. Baste con revisar los casos de Oneida Pinto y Kiko Gómez, en La Guajira.
Y al decir que enfrentarán a las Farc en democracia, en el discurso hay una pausa, que determina en el texto citado líneas atrás, los tres puntos suspensivos, y que corresponde al momento en el que la bola de las Farc, entra en el hueco, o en la tronera. Claramente, la entrada en la tronera, “buchacara” o hueco, puede significar el entierro temprano de las Farc, como partido, o por el contrario, sepultar lo acordado en La Habana.
Y para terminar, el hombre que pone la bola de las Farc en la mesa, puede representar a Vargas Lleras, desde dos perspectivas: la primera, se trata de un hombre vestido con saco oscuro y camisa de manga larga. Es decir, se trata de un civil. Y el propietario de Cambio Radical y hoy candidato presidencial de la Derecha y la ultraderecha, viste normalmente de traje oscuro.
Y aunque Vargas Lleras funge como oficial de la Reserva, sigue siendo un civil; y para la segunda perspectiva, la persona que (a) “taca” a las Farc, lo hace con la mano derecha. Habrá que esperar la respuesta de las Farc, con una pieza publicitaria que responda al mensaje, directo y cifrado, que Vargas Lleras les está enviando.
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[1] Véase: http://www.semana.com/nacion/articulo/la-publicidad-de-cambio-radical-contra-las-farc/542425
[2] Véase: http://viva.org.co/cajavirtual/svc0531/articulo04.html
[3] Esta expresión la escuché en varias ocasiones durante mi niñez. Desconozco si corresponde al nombre dado aquí.
[4] Véase: http://viva.org.co/cajavirtual/svc0536/pdfs/Articulo109_536.pdf