Y sin necesitar congresos y aclamaciones: La puesta en escena del precandidato conservador y uribista, Luis Alfredo Ramos Botero, ante “el mejor entrevistador colombiano”.
“Los aduladores tienen la apariencia de amigos, como los lobos tienen la apariencia de perros”. George Chapman. Dramaturgo inglés. 1559-1634.
La sorpresiva postulación que mediante firmas hizo de su candidatura presidencial el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, le permite colegir dos notorios detalles a cualquier observador desprevenido: La desconfianza de los jefes políticos en las propias organizaciones que ellos mismos crearon, producto del rápido desprestigio por causa de la corrupción y del incumplimiento de sus promesas, como también la convicción permanente de que acercarse un poquito al pueblo –pero no mucho-, reporta no solo popularidad sino la nueva posibilidad de reencaucharse ante ese populacho que, por desgracia, siempre tiene la última palabra.
Pero a la actuación antes descrita, le falta un detalle nada despreciable: El papel de los medios de comunicación como legitimadores últimos – o primeros- de la nueva y determinante puesta en escena, poseedora de un poder sanativo tan eficaz, que tiene la virtud de renovar los cerebros de los televidentes y hacerles perder toda noción del pasado y hasta del presente, lo cual produce un estado racional y emocional capaz de imponer un único tiempo: el futuro que promete y hace sentir, sin necesidad de militancia, caudillos y jerarquías, el nuevo redentor y curador de todas las desgracias por siglos padecidas.
Y como podría afirmarse que, a fin de cuentas, el otrora fundador de “Cambio Radical”, ex vicepresidente y nieto de mandatario de rancio abolengo bogotano, no tiene cuentas pendientes con la justicia, por lo cual puede “prescindir” de su maquinaria y enfrentarse, él solito, al severo examen de las firmas del común de los ciudadanos, todo lo cual desmontaría cualquier suspicacia acerca de la legitimidad de dicho ceremonial, nosotros responderíamos que hoy existe un validador y sanador más potente que la figura llamada ciudadanía: la actuación en el escenario de un nuevo teatro de la realidad –o de una nueva idea de realidad-, como es el de un espacio noticioso que goza de reconocimiento, respeto y, por ende, credibilidad.
Como en la Comunicación Política de hoy, por ejemplo, la relación entre noticia, opinión y publicidad es cada vez más difusa, lo cual permite reivindicar, curar, exaltar y por ende lanzar a un ilustre desconocido o a un hombre público que carga en el momento ciertas sombras de duda, rechazo público y desconfianza producto de procesos por él protagonizados, nos atrevemos a darles una mirada a las actuaciones mediáticas protagonizadas por el ex alcalde de Medellín, ex gobernador de Antioquia, ex senador por ese departamento, ex ministro, y ahora integrante de un abanico amplio de precandidatos presidenciales por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, o por el Centro Democrático –que es lo mismo-, Luis Alfredo Ramos Botero.
Este recibió hace unos pocos meses, de parte de la Corte Suprema de Justicia, una sentencia provisional de inocencia respecto del señalamiento de tener posibles vínculos con el paramilitarismo, a raíz de algunas reuniones que sostuvo con miembros o jefes de este tipo de organizaciones criminales ligadas al conocido y desprestigiante fenómeno de “la parapolítica”.
Y ocurrió que durante el 23 y 24 de agosto, en el espacio de las 10.00pm. “Pregunta Yamid”, por “el nuevo” Canal 1, los televidentes presenciamos una puesta en escena con ciertas particularidades, teniendo presente factores como el pasado reciente del personaje, el contexto político e institucional que rodeó las sesiones y los detalles que enmarcaron el desarrollo del acto como tal, al igual que algunas manifestaciones comunicacionales y políticas que se han producido posteriormente.
Haremos de cuenta que este ejercicio consiste más en un divertimento que en una suerte de señalamiento o de pliego de cargos para con quienes protagonizaron las dos entregas de “Pregunta Yamid” del 23 y 24 de agosto del presente año. Por ello, el resultado de este juego sería más de intuiciones o de pistas, que de afirmaciones categóricas interesadas más en formular juicios de valor, propio de ciertos “académicos”, y no tanto de plantearse posibles interrogantes y eventuales aseveraciones.
Y nos adelantamos con la conclusión, señalando que las dos presentaciones permitieron insinuar, a nuestro juicio, dos intenciones finales: El lanzamiento de la candidatura presidencial de Ramos Botero, por una parte, teniendo como generoso testigo de excepción al periodista, director y entrevistador de CM&, Yamid Amat; y por otra, un sutil pero directo emplazamiento a la Corte Suprema de Justicia para que cuanto antes le resuelva favorablemente su situación judicial; lo uno, entonces, al servicio de lo otro, y viceversa – y de la misma manera, como diría la simpática candidata a reina.
– Del decorado y algo más…
A diferencia de lo que usualmente sucede en sus entrevistas, la emisión del 23 de agosto de “Pregunta Yamid”, comenzó de manera inesperada: una detallada y amable biografía de Luis Alfredo Ramos Botero, comenzando por el concejo del municipio antioqueño de Sonsón, para luego señalar sus cargos como alcalde de Medellín, gobernador de Antioquia, senador, ministro y firme precandidato presidencial del CD, hasta cuando fue capturado por orden de la Corte Suprema de Justicia bajo la presunción de sostener relaciones con personas presuntamente ligadas a grupos paramilitares.
El discurrir de las dos entrevistas permitió observar, además de cierta limitación léxica y de fluidez de Ramos Botero, un desarrollo plano de la misma, con preguntas y respuestas que iban y venían como en una partida de ping-pong; ello, no obstante los frescos y polémicos antecedentes judiciales que han rodeado los últimos tres años del político conservador y uribista antioqueño.
Por ejemplo, cuando se mencionó el nombre de quien fue su apoderado ante la Corte, el hoy inminente extraditable Luis Gustavo Moreno Rivera, Ramos Botero se limitó a responder que hacía un año ya no lo era; cero contra-preguntas por parte del entrevistador, como se esperaba: ¿Quién se lo recomendó? ¿Qué labor adelantó Moreno en ese período? ¿Cuánto cobró por su defensa? Poca importancia representó Moreno Rivera en la charla Ramos-Amat.
Al respecto, es oportuno precisar que el actual defensor de Ramos Botero es el abogado Dagoberto Charry, quien, según información de El Espectador, ha sido un personaje muy influyente en el surgimiento y desarrollo de la carrera profesional de Moreno Rivera: “En 2013, en otro discurso alrededor del mundo académico, el ex senador y jurista Dagoberto Charry lo llenó de loas. Inmediatamente después Luis Gustavo Moreno tomó el micrófono y le dijo agradecido: “Al profesor Dagoberto Charry, mi mentor, mi maestro, la persona que me ha moldeado y me ha incentivado el ánimo de escribir. Recuerdo yo cuando hice una de mis primeras notas y le dije ‘tengo miedo a equivocarme’ y me respondió sabiamente: ‘es mejor equivocarse a ser infalible por no hacer nada’. Muchas gracias, doctor Dagoberto”[1].
Y cuando el entrevistador le preguntó por su presente político, Ramos Botero habló de su intención de ser candidato nacional y se definió como “un conservador de centro-derecha”. Una interesante oportunidad para entonces haberle preguntado: ¿Cómo un hombre de centro-derecha reconoce como su jefe máximo a quien representa el pensamiento de la extrema derecha en Colombia, tal como el mismo Fernando Londoño Hoyos lo proclamó en el reciente congreso del CD en Santa Marta, a pesar del matiz que luego quiso darle Uribe Vélez? Pero esta vez, el esperado interrogante le cedió su lugar a la comodidad del silencio.
En resumen, los dos espacios periodísticos, en horario triple A y con uno de los periodistas calificados como mejores entrevistadores del país, se tradujeron en la oportunidad para que Ramos Botero reiterara, una y otra vez, no solo su inocencia sino su condición de víctima de los llamados “falsos testigos”, una figura en la que, al parecer, se ha especializado su otrora defensor, el corrupto ex fiscal anticorrupción, Luis Gustavo Moreno Rivera.
-La sombra negra y larga de moreno…
A propósito, este abogado, que ha tenido la protección, el apoyo y el poder omnímodo de los ex presidentes de la CSJ, Francisco Ricaurte y Leonidas Bustos, lo cual le facilitó extorsionar a congresistas involucrados en investigaciones por corrupción y para-política, es el autor del libro “La casación penal”, algo así como un valioso cofre lleno de sabiduría, fruto, según él, de años de estudio y sacrificio.
Durante la presentación de dicho libro, en 2013, “ante un auditorio lleno de personajes del poder, Moreno Rivera se echó otras cuantas frases célebres. Por ejemplo, dijo que su inspiración para escribir ese texto había sido una pesadilla repetida que lo perseguía como un fantasma en sus noches de academia. “Debo empezar diciendo que este trabajo es producto de largos años de un sueño recurrente que es ser víctima de un proceso penal (subrayado del autor). Como estudioso del derecho penal debo admitir que si bien es cierto que los jueces usurpan una función que milenariamente les ha pertenecido a los dioses, que es la de juzgar a los hombres, no son dioses y cometen errores”. Su argumento orbitaba alrededor de posibles yerros del sistema judicial colombiano en contra de inocentes”[2].
La estrategia adoptada por Moreno Rivera para que Ramos Botero fuera declarado inocente por la CSJ, se basó, precisamente, en el planteamiento de la existencia de falsos testigos en contra de su defendido, tal como el mismo jefe político conservador y uribista lo ha afirmado.
Pero con todo y el poder que hoy poseen los medios de comunicación, a la par del desprestigio de la política tradicional, de los políticos “profesionales” y de los mismos partidos y grupos políticos, la experiencia comunicacional y política que abordamos con motivo de los dos programas de “Pregunta Yamid”, dedicados a Luis Alfredo Ramos Botero, mismos en los cuales anunció oficialmente su propósito de ser candidato presidencial para 2018, a pesar de que está pendiente del fallo definitivo de la CSJ, surge una inevitable pregunta:
¿Por qué no fue el senador y ex presidente Álvaro Uribe Vélez quien oficiara esa ceremonia de unción a Ramos Botero como el candidato en el cual están depositadas todas sus complacencias, con todo y que existen otros aspirantes del CD, aunque más como figuras decorativas o distractoras manejadas por AUV?
Una respuesta que podríamos ensayar, contendría los siguientes aspectos: El senador y ex vicepresidente debe estar muy ocupado y preocupado por las fisuras internas expresadas en las declaraciones “irreverentes” del congresista Iván Duque[3]; la reacción de rechazo y regaño, emitida por Londoño Hoyos, la misma que luego quiso matizar; y la más reciente, y a la vez la más agresiva, el trino del ex vicepresidente de Uribe, Francisco Santos Calderón, en el cual no solo se va en contra de los magistrados corruptos de la CSJ, incluidas sus decisiones, sino que además confronta al jefe máximo del CD[4].
Y además, AUV no solo enfrenta pérdida notable de popularidad, sino que se halla muy concentrado incitando al golpe de estado contra el presidente Maduro en Venezuela, azuzando al presidente de Guatemala, Jimmy Morales, para que expulse a Iván Velásquez Gómez –su “dolor de cabeza” desde la CSJ cuando él era presidente-, aparte de brindar respaldo público, y por escrito, al ex presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, quien se dispone a enfrentar un juicio por corrupción y abuso de poder en su país.
Y como buen paisa que es, a lo mejor Ramos Botero quiere aprovechar el momento de disputas internas en el CD. y avanzar por su cuenta en su aspiración presidencial, tal vez confiando en que de todos modos tendrá el respaldo de su líder y paisano AUV. Claro que, como espada de Damocles, sigue pendiente el fallo definitivo de la CSJ. sobre su situación judicial. Por eso, durante su presentación en “Pregunta Yamid”, Ramos Botero le insistió a dicha corporación sobre la necesidad de que cuanto antes se pronuncie sobre el particular.
Y es tal el afán del aspirante a candidato presidencial, que el 30 de agosto emitió por Twitter, y en un ambiente familiar, un vídeo en el cual insiste ante la CSJ. para que defina su presente y futuro legal. Por ello, si fuéramos su abogado defensor, en este momento Dagoberto Charry, el mismo a quien Luis Gustavo Moreno ha reconocido que ha sido su mentor, maestro, guía profesional y espiritual, nos atreveríamos a darle un respetuoso consejo a Luis Alfredo Ramos Botero: “Doctor: El desprestigio por corrupción de la CSJ, y que compromete a tres de sus ex presidentes, lo mismo que de quien fue su defensor, el corrupto ex fiscal anticorrupción, Luis Gustavo Moreno Rivera, hace que las condiciones no sean las más favorables para pensar, en este momento, en una eventual y definitiva absolución. Lo más prudente, por ahora, es elevar su mirada al cielo, pronunciar una sentida oración y esperar que el Todopoderoso le conceda el milagro”.
Y para hacer más inciertos el presente y el futuro político inmediatos del aspirante a candidato presidencial por el CD acaba de aparecer la denuncia sobre su presunta entrega de dinero a ex magistrados de la CSJ para que fuera puesto en libertad. La versión, difundida por la cadena radial Caracol, partió de unas interceptaciones telefónicas hechas por la DEA y en las cuales habrían dialogado el ex gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, y el abogado Leonardo Pinilla[5]. Este último, habla de un supuesto pago de “mil millones y pico” por parte de Ramos Botero, quien ya se pronunció por Caracol y desmintió esa información. Lo cierto del caso es que la situación jurídica del político conservador y uribista, ante la CSJ, continúa en vilo.
No podríamos terminar este artículo sobre la accidentada relación medios-política-publicidad-corrupción, como marco de referencia para reflexionar sobre la estrategia mediante la cual el aspirante a candidato presidencial por el CD.
Luis Alfredo Ramos Botero, procura ganar terreno saliéndoles adelante a sus demás rivales –figuras decorativas y distractoras, a la hora de la verdad-, y así recibir la bendición de su jefe máximo AUV. Haya o no leído o escuchado la aseveración del corrupto ex fiscal anti-corrupción, Luis Gustavo Moreno Rivera, lo cierto del caso, en la práctica, es que aquel terminó haciéndole caso a quien fue su defensor: “El político de nuestros días, lo digo con mucho respeto, preso (sic) de los medios masivos de comunicación, necesita cinco minutos de televisión para estar en la política. Sin esos cinco minutos, no existe”. (destacado nuestro”)[6]. En ese sentido, Luis Alfredo Ramos Botero, frente a “Yamid pregunta”, dispuso de muchos, pero muchos minutos más.
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-Anexos:
– Grabaciones de las dos conversaciones entre Luis Alfredo Ramos Botero y el periodista Yamid Amat en el programa “Pregunta Yamid” – 23 y 24 de agosto de 2017.
– Audio y transcripción de las conversaciones interceptadas por la DEA entre el ex gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, y el abogado Leonardo Pinilla, divulgadas por la cadena Caracol el 31 de agosto de 2017.
– Trino-vídeo de Ramos Botero pidiéndole a la CSJ resolver prontamente su situación jurídica.
– Trino de Francisco Santos contra la CSJ y contra Álvaro Uribe Vélez.
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[1] Juan David Laverde Palma. “Así pontificaba sobre la justicia el ex fiscal anticorrupción Gustavo Moreno”. El Espectador. Julio 3/ 2017.
[2] Juan David Laverde Palma. Op. Cit.
[3] Duque calificó al CD. como “secta”, y definió a AUV. Como “el monje”. Londoño Hoyos le respondió en la radio, diciendo que él no era un verdadero uribista, a la vez que lo tildó de “mozalbete inmaduro”.
[4] “Escándalo de magistrados debe tumbar todas las decisiones de esa Corte corrupta. Y aún falta que caiga el jefe de la banda @AlvaroUribeVel”. Trino divulgado el 29 de agosto de 2017.
[5] Caracol reprodujo en sus redes sociales, el 31 de agosto de 2017, el audio y la transcripción de las conversaciones entre Lyons y Pinilla. El texto indica que la alusión al supuesto pago de Ramos Botero se produjo durante conversación realizada el 26 de mayo del presente año.
[6]Juan David Laverde Palma. Op. Cit. Afirmación lanzada en 2015, a propósito del conversatorio realizado en Bogotá con motivo del lanzamiento del libro “Nuevas Tendencias del Derecho Penal, en el que Luis Gustavo Moreno Rivera ofició como editor. Y aprovechó para criticar ácidamente a los políticos populistas.