“El partido del cambio, haga parte del cambio hoy”, este bonito eslogan cargado de ironía, parece que se les olvidó a sus grandes jefes, quienes están haciendo parte del cambio, pero de cobijas.
Dicen que las ratas son las primeras que huyen del barco que naufraga, y así parece ser; ante la evidente corrupción destapada desde larga data en el seno de este partido, que parece colcha de retazos del clientelismo, no los aglutina un ideario político claro, solo la pegajosa mermelada. Ahora los máximos cabecillas, perdón dirigentes, se bajan del bote, Vargas Lleras jefe del partido, ex vicepresidente por esta colectividad, anuncia que su campaña, arrancada desde el seno del gobierno con los recursos públicos en una descarada autopropaganda con las obras viales y de casas “gratis”, ahora será lanzada por firmas.
Todo esto huele a desmarcarse del largo prontuario de políticos corruptos y asociados a las mafias y paramilitarismo que han sido objeto de escarnio en su partido. Busca en la tan conocida amnesia electoral del colombiano, un asidero para embolatar las críticas a su partido y avalados, en lo cual tiene amplia responsabilidad política.
Si quisiéramos hacer la lista del selecto circulo de hampones que se la arropado bajo las banderas de Cambio Radical con el apoyo del señor Vargas, se nos llevaría otra columna, por eso, por si no lo recuerdan les recomiendo “Vargas Lleras también tiene sus buenos muchachos” publicada anteriormente en este medio, o haga un ejercicio muy fácil escriba Cambio Radical en Google, barra le sugerirá rápidamente la búsqueda “cambio radical corrupción”
La corrupción grotesca que ha caracterizado a este partido es una mácula que sus jefes quieren borrar de sus pieles, Vargas Lleras salta del bote de la colectividad por los numerosos escándalos destapados recientemente, entre ellos Odebrecht y el sonado caso de corrupción del ex fiscal Moreno, otro de sus buenos muchachos, quien llegó a ser el encopetado fiscal anti corrupción de la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez, de quien podríamos decir es mano judicial del famoso Cambio Radical, partido del cual fue cuota en la administración Santos como Ministro de la Presidencia, donde aprobó el Conpes -3817- que dio vía a Ruta del Sol: escándalo de corrupción más sonado y descubierto por la justicia extranjera. Martínez fue apoderado de Ruta del Sol (Odebrecht-Grupo Aval), luego ayuda a estos con la aprobación del contrato que desembolsa los recursos y es ahora el fiscal que los investiga, todo esto bastante extraño.
La amnesia radical es la nueva bandera de los otrora grandes representantes del partido de la C (coscorrón y corrupción): Vargas Lleras quiere que olvidemos su pasado por parapolítica del cual fue socorrido por sus amigos en altas cortes como Leonidas Bustos quien en 2013 archivó la investigación en su contra (Bustos, ahora en investigación por caso fiscal Moreno); que no tengamos presente la larga lista de “buenos muchachos” avalados por él (Kiko Gómez, Álvaro Cruz, Oneida Pinto, entre otros), hagamos disociación de su nombre y los numerosos escándalos de corrupción en los contratos viales de la nación (Odebrecht, mayor lunar) y solo recordemos al bondadoso ex vicepresidente que aspira por firmas, que regaló casas y acueductos por el país, lo cual es una falacia de proporciones extraordinarias.
Su gran amigo, el ahora fiscal Néstor H. Martínez, aplica la misma estrategia, la amnesia debe ser total casi hasta no acordarnos de nuestros propios nombres para desaparecer el recorrido amiguero del ahora fiscal: desde sus asesorías a Grupo Aval, su participación en TODO el escándalo de Odebrecht (asesoría, conpes 3817, navelena, tapen-tapen, etc.), participaciones en licitaciones por rellenos sanitarios, su vergonzoso manejo como fiscal general quien debería impedirse para cada proceso que toca ya que sus tentáculos han estado en muchas partes.
El partido en declive debe desaparecer no sólo porque sus jefes abandonan el barco, que solo parecía estar comandado por ratas sin marineros, sino por burlarse de los colombianos mostrándose como esperanza de cambio, cuando lo único que cambió fueron las cuentas de corruptos que se engordaron en toda clase de negocios oscuros desde la política.
El llamado ahora es a recordar y ser partícipes de la erradicación del mayor mal de nuestra Colombia, la corrupción, que ha tenido a Cambio Radical como gran protagonista, que ahora que su barco naufraga por el peso de lo que ya no se puede seguir tapando, sus líderes quieren hacer un radical “lavado de imagen” saltando del barco para seguir atornillados al poder.