Tras la captura del secretario Villegas, yo me pregunto: ¿Qué les falta a los seguidores de Federico Gutiérrez para darse cuenta del pésimo alcalde que es?
Habrá quienes se atrevan a separar el proceder de Villegas del de su jefe, pero esto contradice la cualidad de buen líder que tanto le adjudican al alcalde.
En anteriores columnas, me he referido a cómo el alcalde de Medellín continúa en campaña durante su administración con una gestión más mediática que eficaz. También mencioné el deliberado abandono en el que fue sumido lo social desde su posesión. Incluso, mencioné cómo las capturas que se venían presentando con tanto orgullo no representaban golpes reales a las estructuras criminales de la ciudad.
Sin embargo, Federico insiste en adjudicarse gestiones anteriores a su llegada a la alcaldía como logros personales, y siempre está presto a dar la cara. Por ejemplo, suele inaugurar obras que llevaban siendo erigidas desde años anteriores a su llegada, y además, vanagloriarse con logros ajenos. Por lo que vimos ayer, incluso con las gestiones ilícitas él ha construido estandartes.
Siempre ratificó que la seguridad era su mayor divisa, y en cada captura “importante” ─noten las comillas─ realizada, ahí estaba él como siempre ante la cámara fanfarroneando un gran esfuerzo en conjunto con las autoridades; pero las capturas de los delincuentes eran entregas voluntarias de los bandidos por órdenes de los cabecillas de las bandas criminales, entregas a cambio de beneficios según la información presentada por la Fiscalía, y que fueron orquestadas por el secretario de seguridad nombrado por Federico.
Considerando lo cotilleros del equipo de comunicación de esta alcaldía, quienes siempre están preparados para compartir las novedades a través de las redes sociales del alcalde, las cuales son alimentadas constantemente, desconcierta que ayer, tanto su Facebook como su Instagram y su Twitter, fueron notorios por su inactividad.
Naturalmente, esta vez sí tienen que pensar muy bien lo qué van a decir.
Como buen uribista, ahora parece prudente un silencio hermético con un tema que lo salpica, puede intentar negar su participación, pero es difícil de creer. Pero supongamos por un momento que así fue, que es completamente inocente: entonces alcalde Fico: ¿Por qué el silencio? ¿Dónde están las fotos de ayer? ¿Esto fue a sus espaldas? ¿Entonces no está tan pendiente de su gabinete que digamos, no? ¿O sí sabía? ¿Por qué ayer no hubo como siempre un vídeo para todo, un trino, una rueda de prensa?
Lea: Según Fiscalía, Federico Gutiérrez sabía de las reuniones de Villegas con la Oficina de Envigado.
Yo me reitero en la visión a la que quieren llegar mis columnas sobre este alcalde: es un mal funcionario, es un alcalde de cartón, de mucho hablar y poca acción, pero es de vital importancia que la ciudadanía comience por lo menos a reconocer la pésima gestión que hasta ahora va dejando su administración, si se pretende entrar a demandar transparencia y trabajo que es lo que más le ha faltado a esta administración.