Política y religión, un cóctel explosivo

Opina - Política

2017-06-21

Política y religión, un cóctel explosivo

Hace dos meses, a mi oído llegaron rumores de que unos altisonantes discursos retumbaban en el ambiente del holgado escenario de la Misión Carismática Internacional (MCI).

Al imponente templo habían concurrido una muchedumbre de pastores evangélicos, de insignes figuras católico-conservadoras como el ex procurador Ordóñez, de precandidatos presidenciales del ‘Centro Democrático’, de invitados especiales como Angelino Garzón y de simples adeptos del uribismo, componiendo un inverosímil e inentendible cuadro para quienes pensamos que la organización político-estatal y la fe religiosa deberían seguir el mismo curso trazado entre líneas paralelas, que extendiendo sus longitudes, jamás se entrelazan.

Pensé entonces, si se trataba del despliegue de un suceso histórico en Colombia que tenía la finalidad de mostrar al mundo el cómo unas célebres figuras públicas criollas habían podido juntar, como por arte de magia, los pedazos rotos del cristal de la religión católica, que por la fuerza intelectual de referentes filosóficos de la talla de Lutero o San Agustín, se había fragmentado en diversos cultos cristianos.

¡Sus mentes deben estar exhaustas!, pensé. Semejante gesta tuvo que conllevarles tanta capacidad de discernimiento y profundidad filosófica, como derroche de tiempo e inteligencia.

Entonces, motivado por la grata sensación que me suscitan los nuevos descubrimientos científicos, las convenciones de ilustrados, las exposiciones del pop art o el concierto de alguna sinfónica de renombre, me mantuve imperturbable frente al televisor, esperando ansioso algún espacio periodístico donde resonaran los ecos de una noticia de tal magnitud.

En efecto, la noticia estalló en los informativos. Pero a mi rostro inicialmente pintado de fascinación, lo iban borrando los rasgos de desencanto que cada retahíla de los ahí presentes trazaba en él.

Contrario a lo que en un principio llegué a imaginar, no se trataba de una convención donde reverberara la dialéctica, ni de la celebración de alguna pascua poco conocida, ni mucho menos de un llamado a la restauración moral del país, ni siquiera de un pálido intento de ello.

Se trataba de un desvergonzado comunicado a la opinión pública de que fuerzas políticas retardatarias en enlace con distintas y hasta contrarias sectas religiosas convergirían en 2018 (1), no para unificar el pensamiento cristiano alrededor de una causa loable que por ejemplo, cimentarse la acción política en la base cristiana del amor al prójimo, sino para atentar contra éste, al plantear que mediante esa fusión, la guerra retorne al país y que se exaspere la exclusión social de las minorías sexuales. Objetivos eufemísticamente envueltos en seductoras consignas como ‘no ser otra Venezuela’ o ‘proteger a la familia’.

Era, sin ambages, una profanación del credo cristiano y una irascible lapidación pública a los mandamientos bíblicos en los cuales dicen sostenerse ideológicamente; al de amar al prójimo y al de no matar, los lapidaba la piedra de la invocación a la guerra, y al de no levantar falsos testimonios ni mentiras, la de la calumnia ‘Ateo-Gay-Comunista’ sobre el acuerdo de paz.

En el país donde la mayoría de sus gentes son católicas o profesan algún tipo de creencia cristiana (2), los políticos habían entendido la importancia de coquetear con esa montaña de fieles que traen votos en medio de las biblias; sin duda, un plato suculento para cualquier voraz politiquero.

Y Los pastores cristianos hacían lo propio, como en el juego mercantil de oferta-demanda, de mutuo beneficio, entendían que su adhesión a la causa uribista era esencial, sí de seguir inflando sus arcas privadas —con la fe de su rebaño— se trataba (3). Un vulgar vertimiento de cosas aparentemente dispares en el balde común de los intereses personales, sólo eso.

¡No había podido ser más ingenuo!, el desencanto llamó bruscamente a la cordura y ésta me indagaba sobre qué otra causa podría surgir de la mixtura de Ordóñez con el pastor Arrázola, de la ex embajadora y pastora Claudia Rodríguez  con Paloma Valencia o de Uribe con Londoño, que no fuese una alianza criminal. La estrecha victoria del NO en el plebiscito, acaecida en gran parte por ese enorme cúmulo de feligreses manipulados, se encargó de recordármelo.

El lefebvrista ex procurador calificaba de imprescindible ese maridaje para cuajar la victoria presidencial y Uribe lo asentía. Angelino, el que se creyó estaba con las causas populares, exhortaba al uribismo a meterse la idea de ganar las elecciones, mientras Paloma Valencia, como de costumbre, hacía gala de su paupérrima destreza en el arte de la oratoria, confundiendo la retórica con una cursi lambonería a la supuesta deidad encarnada en su jefe político.

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En seguida, Fernando Londoño, a quien su ira le destrozaba los candados de la prudencia verbal, confirmaba que el ‘Centro Democrático’ no es ningún partido de centro sino de derecha, y que su fin es ganar las elecciones para ‘volver trizas ese maldito papel’ (Acuerdo de Paz) (4).

Comprendí entonces, que estaba siendo un testigo anonadado de una especie de redención de trágicas ideas arcaicas, relegadas al ostracismo en la historia y que por no haberlas detenido a tiempo, habían desembocado en repudiables hechos como las genocidas cruzadas católicas, en la criminal ‘Santa’ inquisición, o en la pretensión política del grupo terrorista islámico ISIS de gobernar al medio oriente.

Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas‘. -Lucas 16:13: 13; ‘Dad al César lo del César y a Dios lo de Dios’ -Lucas 20:25. Los llamados bíblicos a discernir sobre lo espiritual y lo terrenal son claros; sin embargo y para este caso, pareciera que esas disimilitudes entre política, religión e intereses económicos, se desvanecen al fragor del verbo hipnotizante del pastor cristiano o del político-católico, y desvanecen también la esperanza de millones de colombianos, que han sufrido en carne propia la furia de una guerra de más de medio siglo y que ha arrojado las apocalípticas cifras de casi 300 mil muertos, miles de desaparecidos y más de 6 millones de desplazados internos (5).

El explosivo cóctel, descubierto en antaño, se mezcla ahora con miras a 2018. El cerillo de la manipulación de la fe está encendido y sólo el extintor de la educación puede apagarlo.

 

 

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(1) https://www.kienyke.com/politica/iglesias-cristianas-uribismo-elecciones
(2) https://www.colombia.com/colombia-info/informacion-general/religion/
(3) http://www.semana.com/confidenciales-semanacom/articulo/el-alquiler-que-le-cobro-una-iglesia-cristiana-al-centro-democratico/524376
http://caracol.com.co/emisora/2017/04/16/cartagena/1492364318_206759.html
http://www.elespectador.com/noticias/judicial/escandalos-han-salpicado-iglesias-evangelicas-de-colomb-articulo-470881
http://www.semana.com/economia/articulo/el-patrimonio-de-las-iglesias-en-colombia/417701-3

Los 10 pastores más ricos del mundo. OJO en la lista un colombiano !


(4) http://confidencialcolombia.com/es/1/lo_mas_confidencial/30904/Uribismo-har%C3%A1-trizas-el-Acuerdo-de-Paz-si-gana-el-poder-en-2018-Centro-Democr%C3%A1tico-Acuerdo-de-Paz-Elecciones-2018.htm
(5) http://www.semana.com/nacion/articulo/victimas-del-conflicto-armado-en-colombia/376494-3

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C. Arteaga
Un joven del común, preocupado por la situación, económica, política y social de nuestro país. Activista político en redes por el despertar de la consciencia colectiva de la sociedad colombiana. “Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven.” –Epicuro