La semana pasada, el Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas le dio la noticia al país, que el gobierno retiraría su apoyo al proyecto que busca revivir los “privilegios” de las horas extras desde las 8 de la noche y que además busca un recargo del 100 por ciento para domingos y feriados. El pasado jueves el ministro del ramo dijo que en este momento el proyecto es inconveniente para Colombia, pues se busca fortalecer a los empresarios para quienes con la iniciativa, les resultaría excesivamente gravoso en sus finanzas; “En este momento ese proyecto no es oportuno porque la economía del país está pasando por un momento de transición. Las circunstancias actuales en materia económica cambian. Ese efecto significaría la pérdida de cerca de 70 mil empleos, por eso nos abstuvimos de dar una opinión favorable” dijo el dirigente.
Las reacciones no se hicieron esperar. Los protegidos empresarios celebraron el concepto dado por Cárdenas, a través del Consejo Gremial Nacional, argumentando que el proyecto “afecta de manera directa a las Pymes y a casi todos los sectores productivos”. De otro lado hubo rechazo por parte de las centrales obreras, quienes lo califican como “un chantaje” según lo expresó el dirigente gremial Julio Roberto Gómez.
Esta actitud del gobierno va en contravía de lo prometido por el Presidente Santos en su campaña de reelección en el 2014 y varios sectores de la opinión pública lo han tomado como una “patraseada” del mandatario a lo expresado hace 3 años.
Lo anterior sumado a que el pronunciamiento de Cárdenas se da precisamente, horas después de la renuncia de Clara López al MinTrabajo; causa suspicacia y verdadera extrañeza el freno del gobierno, pues la recién salida ministra, había dado la lucha en el tema y una de sus principales banderas, era el mejoramiento de las condiciones laborales para los trabajadores nocturnos. A través de un plan organizado de muchos meses de trabajo y de largas jornadas de concertación con los gremios de los trabajadores, el ministerio había presentado el Proyecto de Ley que modifica los artículos 160, 161 y 179 del Código Sustantivo del Trabajo. La entonces ministra explicó que la reforma beneficiaría a más de un millón de trabajadores en el país.
Sin embargo, a pesar de haber sido aprobado en dos debates en la Cámara de Representantes, los empresarios se oponían a su implementación, ya que según ellos, el gasto nominal aumentaría en 600 mil millones de pesos anuales. Y lo más raro de todo, es que aún hoy, el Presidente no se refiera al tema y haya un silencio absoluto en el reino, sobre la no tan sorpresiva renuncia de López.
Y es que no sorprende pues para nadie es un secreto que la exministra aspira a la Presidencia cargo al cual, piensa llegar por firmas o por coalición de partidos. Recordemos que aquellos funcionarios que deseen participar en la contienda Presidencial, deben renunciar a sus cargos antes del próximo 24 de mayo para no incurrir en inhabilidades. La ministra venía en la cartera desde el 25 de abril del año pasado.
En cuanto al ministerio, fue retomado por el Partido Liberal al nombrar vía Twitter a la vallecaucana Griselda Janeth Restrepo, ficha de los políticos Pardo y Cristo.
Pero volvamos a lo expresado por Santos hace 3 años. En medio del furor de la campaña, se le hizo fácil prometer algo que sabía que iría en contra de los intereses económicos de la oligarquía nacional; sin embargo, esas cosas se dicen, pues hay que convencer a electores inocentes que aún creen que los políticos no son mentirosos, o sencillamente se contentan si alguien les dice lo que quieren oír.
Y es que las promesas de político son como lo dice una canción tropical “promesas de cumbiambera”. Se incumplen y no pasa nada. Y nuestro jugador de póker es experto en eso. Todavía recuerdo cuando en la campaña de 2010, en un debate con el candidato Mockus, Santos le prometió al país que jamás incrementaría el IVA y que lo grabaría en mármol para que Colombia lo recordara y miren lo que ha pasado después de 3 reformas tributarias.
Otra situación que no sorprende en absoluto, es la declaración hecha por militantes del CD, quienes corrieron a hacer leña con lo dicho por Cárdenas, pues todo hecho que hable mal del gobierno es una fábrica de municiones para la horda de cínicos que salvo a su mesías, a nadie le pasan ni media. No soy un defensor de la administración Santos, pues ha tenido desaciertos como el que más, pero es lamentable que que la mal llamada oposición política sea tan cínica y no quiera recordar, que son precisamente ellos, quienes encarnan la defensa de los empresarios y que fue su “líder” quien abolió el pago de las horas extras y disminuyó ostensiblemente las condiciones favorables a los trabajadores. Es una clase política que nunca ha disimulado su querencia y favor a los grandes grupos económicos y no les ha dado vergüenza hablar de confianza inversionista, a costa de acabar con los recursos y de empobrecer más al pueblo.
Esto estimado lector, no tiene otro nombre que populismo pero del más barato; porque lo más importante es el distractor que cause indignación dentro del desinformado público, para ocultar las noticias de corrupción que a diario salpican a sus prohombres. El efecto cortina de humo, es una táctica que el expresidente conoce muy bien, pues desde que era gobernador de Antioquia la práctica y refuerza para que todo pase de agache y a sus grandes espaldas.
Lo cierto es que a nuestros pobrecitos empresarios no hay quien los defienda y así se van a arruinar mientras el desempleo crece y la economía se desacelera. Al paso que van, les tocará llamar al Chapulín Colorado, para que los defienda de las medidas pro comunismo y los sostenga de la caída vertiginosa en el castrochavismo.