«¡Vamos a volver trizas ese maldito papel!»

Opina - Política

2017-05-12

«¡Vamos a volver trizas ese maldito papel!»

¡Y sí! Viene la época electoral nuevamente. Esa tortuosa época que nos toca vivir cada tanto tiempo y que parece que nunca se va de nuestra vida. ¡Es que hace tan poquito estábamos con la señora de las naranjas! Unos cuantos meses que se nos vuelven años y que al final, terminan siendo la vida entera, llena de trancazos de unos contra otros, de favores no cobrados y sacados a la luz. Al fin y al cabo, esa es la política colombiana: patadas en el trasero a diestra y siniestra. Por cierto y sin extrañarme por eso, a nosotros ya se nos hizo normal todo este circo.

Pero hay algo aún más preocupante y ese algo la izquierda no ha podido entender, o por lo menos no de unas cuantas elecciones hacia acá: la unión. Hace unos días, muy a su estilo gritón, el Centro Democrático, en una iglesia cristiana, como una gran jugada del innombrable, hizo su convención y entendió que las elecciones funcionan como cualquier campaña publicitaria y en Colombia, aún más.

Ellos mostraron a sus flamantes candidatos con una coalición fuerte; ridícula e inexplicablemente fuerte. Hicieron sus propuestas y doña Paloma Valencia (Violencia) se regó en piropos para su dios terrenal y solo le faltó arrodillarse y besarle los pies (por no decir algo más) y como no es de extrañarnos, Fernando Londoño hizo una de sus chapulinadas al decir que el uribismo en el poder va “a volver trizas ese maldito papel”, refiriéndose al acuerdo de paz con las Farc, palabras que el público cristiano aplaudió y fueron muy felices en su reunión en la que le harían camino de rosas a su Mesías salvador, redentor y demás, Álvaro Uribe.

Muy circense, ¿cierto? Pero coherente con su estilo y unidos. ¿Y la izquierda? ¡Bien gracias! Dividiendo el voto entre Robledo, Claudia, Petro, Piedad, etc.

Los egos siempre van a ser algo complicado, y las ganas de ser la cabeza de proyecto nunca los va a dejar unirse, y la unión en este caso es la clave para poder arrastrar a la juventud escéptica, a la que le sacaron a la fuerza la fe en la clase política colombiana. Ni siquiera en la gravísima situación en la que nos encontramos, cuando Colombia necesita la continuidad del proceso de paz, seguir manejando con cautela el pos-conflicto y seguir con el proceso que se está llevando a cabo con el ELN, han podido juntar fuerzas. Procesos que sin temor y sin vergüenza, el Centro Democrático cerraría de un portazo si llega al poder. ¡Qué miedo!

Imagen cortesía de: semana.com

Vamos llegando a esa época de la compra de votos, donde cada político saca lo peor de sí (como si fuera posible hacerlo más), la época que le da vida a estos seres que se tragan al país completo, porque pueden, porque se les da la gana y porque nosotros los dejamos, porque como todos roban, ya es normal. Acá toca elegir entre lo menos peor y así como vamos, terminaremos votando tal como lo hicimos la segunda vuelta presidencial de las elecciones pasadas, por la opción menos tenebrosa. ¿Vargas Lleras y Paloma? ¿Vargas Lleras y Duque? ¿el pontífice Ordóñez y Vargas Lleras? Y podría hacer muchas combinaciones más que, les juro que no les van a gustar. Cualquiera de estos escenarios es realmente tenebroso y patético, solo por culpa de unos cuantos egos que no se supieron manejar.

Ojalá logren conciliar, porque si están al mismo lado de la recta, lo lógico es que unidos, puedan sacar adelante un proyecto. Obviamente cada una de estas campañas tiene sus diferencias con la otra, pero si la cosa sigue así, vamos a tener que actuar como lo hicimos la vez pasada: votar por uno, para que no gane el otro, pero no porque nos guste, sino para evitar la perpetuidad de quien dice no parecerse al vecino venezolano, pero que en su actuar es igual, solo que de derecha. Lo que viene es algo que podemos cambiar, siempre y cuando haya unión para ese cambio que queremos.

 

Cristian Ramírez
Realizador Audiovisual, Cantautor y mal nadador. Escribo para desahogarme con ustedes. ¡Ahí perdonarán!