No deje a sus hijos con un cura

Opina - Sociedad

2017-04-30

No deje a sus hijos con un cura

Ya pasó el tiempo y hemos olvidado la polémica posición de la Arquidiócesis de Cali en la que culpaba a los padres por los abusos sexuales que el sacerdote William de Jesús Mazo cometió. Tiempo después, a todas las parroquias llegó un documento en el que la Iglesia se lava completamente las manos, y obliga a los curas a decir que la única responsabilidad por las violaciones es de ellos, no de la Arquidiócesis de la que hagan parte.

Claro, en principio suena absurdo que una organización pulcra se responsabilice por los “errores ocasionales” de algunos de sus miembros, eso lo entendemos todos; pero a estas alturas nadie está seguro de la pureza católica. El “revolucionario” Papa Francisco, por ejemplo, casi en secreto, osó valerse de la “misericordia” para reducir las penas de los curas pederastas en un momento en el que parecía que desde el Vaticano se asumían responsabilidades y se cambiaba esa actitud negacionista que había dominado los siglos anteriores.

Hace algunos años The New York Times lanzó un reportaje en el que se mostraba cómo un sacerdote colombiano –Enrique Díaz Jímenez- estaba acusado de haber violado a más de 60 menores, y, sin embargo, había estado ejerciendo su llamado en 3 países distintos. Hay que tener mucha ingenuidad para creer que la iglesia no sabía de las acusaciones, y hay que ser más ingenuo aún para imaginar que no estaba siendo encubierto.

Ahora, si este caso le suena demasiado antiguo y considera que la Iglesia de hoy es diferente, resulta que comenzando el 2017 en Australia se destapó uno de los escándalos más grandes que ha enfrentado el Vaticano: alrededor de 1880 miembros de la Iglesia están acusados de pederastia cometida entre 1980 y 2015. Así como oye, 4.444 personas dicen haber sido abusadas por sacerdotes, hermanos religiosos, laicos y hermanas religiosas en este tiempo, y la Iglesia no se dio cuenta de ninguno, no juzgó a ninguno, y no hizo nada por saberlo. En todo el país, el 7% de los sacerdotes salieron salpicados, y en algunas diócesis el porcentaje llega hasta el 15%. Y, para ponerle la cereza al pastel, el Vaticano dijo que «no era posible ni apropiado proporcionar la información solicitada» cuando se le solicitó información sobre los supuestos abusos.

¿Usted sí cree que la Iglesia es simplemente otra víctima y jamás se enteró de lo sucedido? ¿una organización tan grande, tan jerárquica y tan poderosa no es capaz de velar por lo que hacen sus miembros? Qué pueril.

Imagen cortesía de: hoy.com.do

Hay acusaciones de redes de pederastia y una “política del silencio” en México (Ver más), Brasil, Estados Unidos  y hasta de los visos transnacionales que tiene esta perversión. Claramente hay mucho más, no pretendo ser exhaustivo, ni pretendo que usted, católico que me lee, deje de creer en su fe, o en su iglesia. Lo que pretendo es que abramos los ojos, la Iglesia ha sido victimaria, ha escondido casos, ha mantenido en el total silencio el sufrimiento de miles de niños y se ha lavado las manos sin pudor. Aquí no está en juego una fe, aquí está en juego la dignidad de muchos niños, su suplicio y el de aquellos padres que lo han padecido.

El abuso sistemático por parte de la Iglesia y sus constantes evasivas no han permitido que se aclaren casos, y parece que nada hará que reviente la pudrición que desde el fondo del Vaticano ha afectado a tantos en todas partes del mundo. Debemos tener memoria, y no olvidar que no se trata de casos aislados, no es únicamente problema de quien comete el abuso, también de quien lo cubre. Mientras tanto, y ya que la Arquidiócesis de Cali nos dijo que la responsabilidad era de los padres, recuerde no dejar a sus hijos al cuidado de los curas.

 

 

Reynell Badillo Sarmiento
Internacionalista de la Universidad del Norte.