El anhelado debate sobre la verdad total del escándalo de ODEBRECHT terminó en un lamento de acusaciones de ministros, congresistas de la Unidad Nacional y el Centro Democrático que no respondieron a los puntos centrales que expuso el senador y candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo Jorge Enrique Robledo. Un día que pasará a la historia política de Colombia, pues demostró que cuando no se habla del proceso de Paz y las FARC, las coincidencias entre Santistas y Uribistas son muchísimas, parecen gotas de agua, idénticos, aun cuando quieren esconder su responsabilidad política en el asunto.
Sin embargo, el evento no contó con la presencia de un invitado fundamental dentro de las denuncias que se han hecho: el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, en carta enviada al Senado señaló: “Es francamente reprochable acudir a la justicia y promover al mismo tiempo querellas políticas, estratégicamente publicitada, que lo único que buscan es interferir sus decisiones” , una especie de salida diplomática para no enfrentar cara a cara a su máximo contradictor, quien ha presentado hace más de seis semanas pruebas del conflicto de intereses que tiene el fiscal.
El asunto es claro, expuso el senador Robledo que con la aprobación del CONPES 3817 de 2014 cuando Néstor Humberto Martínez, fue Ministro de la presidencia favoreció a su socio y amigo personal Luis Carlos Sarmiento Angulo, principal socio de ODEBRECHT en Colombia, hecho que benefició a la propia ODEBRECHT, a quien el Fiscal asesoró en tres ocasiones, una de las cuales tuvo por objetivo indicarles las formas para obtener la adición Ocaña-Gamarra a dedo, sin licitación ni competencia en el proceso. Lo que demuestra que el hoy Fiscal General, como abogado privado le indicó a la multinacional la ruta para saltarse la ley, que luego como Ministro aprobó.
Lo que podría configurar los presuntos delitos de violación al régimen de inhabilidades, interés indebido en la celebración de contratos, y posible tráfico de influencias, dada su cercanía con la sociedad ODEBRECTH que le pagó más de $100 millones por sus servicios como abogado influyente en las altas esferas del poder. Por lo que el senador ha exigido la renuncia del Fiscal General para realizar la investigación de este escándalo.
Adicional, en el debate el senador Robledo desplegó una serie de argumentos para exigir responsabilidades políticas en el cuestionado préstamo de 120.000 millones de pesos que le hizo el Banco Agrario al consorcio Navelena para el caducado contrato de la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena, señaló: «era para pagar una deuda de $60.000 millones que tenía Navelena con el Banco de Occidente, del Grupo Aval».
Al debate fueron citados los ministros: Juan Fernando Cristo, Ministro del Interior, quien debía responder políticamente por el ingreso de dineros de ODEBRECHT a las campañas presidenciales de Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga en 2010 y 2014; Aurelio Iragorri, Ministro de Agricultura, al que se le cuestionó el préstamo del Banco Agrario a Navelena, empresa asociada de ODEBRECHT en Colombia y Jorge Rojas, Ministro de Transporte, quien debía responder por la situación de contratación para la construcción de vías.
Cuando se esperaba una contundente refutación del gabinete de Santos, el espectáculo no pudo ser más deplorable, ninguno de los citados mostró una prueba que controvirtiera lo expuesto por el senador, parecía el discurso de un sacerdote en el púlpito de su iglesia, tratando de convencer a sus fieles que todos son pecadores y por ende no se puede juzgar a nadie.
Sí, aunque parezca una mala metáfora, fue una realidad que hace pensar que este país no tiene esperanza si quienes dirigen los rumbos del mismo no son capaces de argumentar en un debate de estas proporciones con rigor académico y por lo menos con un poco de astucia política, tan mediocre fueron las intervenciones que el Ministro de Agricultura nos dejó una nueva expresión: “Soy Santista de pura cepa”, sin contar con la mención a un tweet de Don Jediondo.
Imagen cortesía: El País Cali
Pero si el debate ya tenía bastantes particularidades propias de la cultura política colombiana, no podían faltar los gritos del Centro Democrático, que en su afán de protagonismo querían tomar la palabra, interrumpieron el debate por más de diez minutos, exigiendo su derecho a réplica por haber sido mencionados, y después de tanto alboroto se le dio una intervención a Iván Duque, quién en papel de “víctima de calumnia” sacó a relucir su talante uribista: “Si usted quiere un debate político en el fragor de una campaña, estoy listo en las condiciones que usted me las plantee”, frase que nos recuerda otro gran dicho de un ilustre ex presidente: «Si lo veo le voy a dar en la cara, marica».
De esta forma, unos y otros, Unidad Nacional y Centro Democrático repitieron el mismo guion, aunque algunos como la senadora Daira Galvis, de Cambio Radical, parecieron canonizando al Fiscal General.
Lo cierto, es que el senador Jorge Robledo, logró hacer algo que desde la llegada de Juan Manuel Santos a la presidencia no era posible, unirlos a todos contra un mismo fin: esconder sus manos llenas de mermelada extranjera. Pero como dijo Robledo, este país sólo cambiará cuando todos los colombianos nos unamos para derrotar a quienes nos han mal gobernado. Contra esta politiquería barata que llena los bolsillos de los poderosos, estará la movilización social y democrática que con argumentos derrumbará el elefante de la corrupción.
De los más de cuarenta implicados tanto en Odebrecht como en la otra megatumbada de Reficar hay hampones de todos los partidos, que a la cabeza tanto de vulgar premio Nobel como del hampon narcoparaco, se robaron la plata y negociaron con los picaros que desfalcaron a este país. Y como siempre la justicia, comenzando por el golfo y malandrín del fiscal, no hará nada de nada simplemente porque también son parte de la camada de ratas y picaros que se están robando este país. La pregunta es: será que el pueblo volverá a votar por esas mismas ratas corruptas???????