Desde el día de ayer, 5 de abril, a las 11:00 a.m., el Sistema de Alerta Temprana de la Alcaldía de Medellín y el Área Metropolitana mostró que estamos en Alerta Naranja.
En el momento en que se publicó esta columna (jueves, 06 de abril – 8:00 am) no se había decretado la alerta por parte de la alcaldía, cuando desde ayer en la noche, 7 de las 8 estaciones de monitoreo del aire ubicadas a lo largo del Valle de Aburrá, reportaron concentración de partículas correspondientes a la Alerta Naranja. No obstante, la Alcaldía de Medellín anunció oficialmente el decreto a las 11 de la mañana de hoy, 4 de abril, impidiendo que los ciudadanos tomaran las medidas necesarias desde el hogar para enfrentarse a las difíciles condiciones ambientales de la ciudad.
En las últimas declaraciones del Alcalde (e), Santiago Gómez, sostuvo que los periodistas manipulamos y desinformamos con respecto a la calidad del aire. «Esta no es una ciudad contaminada ni es una ciudad enferma». Sin embargo, las pruebas están a la mano de todos, y surgen varias inquietudes que, más allá de lo que dice el alcalde, generan desconfianza.
Además, utiliza las palabras de «una persona» de la Organización Mundial de la Salud, para asegurar lo siguiente: “No está claro qué tanta exposición es peligrosa, como no está claro qué tantos cigarrillos dan cáncer, si cinco, diez o veinte mil… depende del organismo. Lo importante no son los picos sino la media anual». Contradice al dictamen de varios especialistas de la salud que sostienen que, por el contrario, una sobredosis o una sobreexposición, pueden resultar más fatales que el consumo regular.
Apenas hace dos años, la organización citada por el Alcalde (e) calificó a Medellín como la novena ciudad más contaminada de Latinoamérica, pese a que tenemos el mejor sistema del país de medición y monitoreo del aire; ¿pero de qué nos sirve el SIATA si la administración le tiene miedo a tomar medidas realmente efectivas para remediar la contaminación de la ciudad?
Al parecer para las instituciones el tema de la contaminación en la ciudad ya es un tema terminado y como lo expresò Ana Cristina Restrepo desean enterrar el asunto. Y es que si bien la generación de contaminación es un asunto de todos, es responsabilidad de las instituciones alertar a la ciudadanìa a tiempo y decretar las medidas necesarias para remediar la situación.
Estamos de nuevo en Alerta Naranja por negligencia, porque aún contradiciendo la posición de los especialistas decidieron levantar el pico y placa ambiental cuándo sólo había pasado la ciudad un par de días despejada.
¿Será que la Alcaldía le tiene más miedo a los conductores que se quejan por dejar el carro o la moto guardada que a la enfermedad y mortandad de ciudadanos por culpa del aire? Porque así insistan en tapar la realidad con un dedo, en Medellín aún se mueren en promedio 3 mil personas al año a causa de la contaminación.
Entonces quizás el aire no sea el que nos está matando, sino la irresponsabilidad de quienes deben tomar cartas en al asunto y prefieren mantener gente contenta movilizándose en su vehículo, pero enferma.
Habrá que esperar para conocer las medidas, pero no se sabe hasta cuándo y si estas serán realmente efectivas o meros paños de agua tibia, que claramente no han servido ni servirán para solucionar el creciente problema de la calidad del aire en la ciudad de la eterna primavera.