Las elecciones presidenciales de Estados Unidos reciben atención mediática global, debido a que el elegido como presidente puede influenciar las relaciones internacionales, así como las dinámicas económicas y sociales a nivel mundial.
Debido a las dinámicas de la globalización, la mayoría de los países se ven afectados por decisiones que otros toman, especialmente las impulsadas por grandes potencias como Estados Unidos. Quiero, entonces, referirme a cómo podría afectar a Colombia el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses suponiendo que el ganador fuera Donald J. Trump, y que este cumpliese a cabalidad con sus promesas de gobierno.
Trump se ha caracterizado por emplear un discurso populista que critica fuertemente a las élites políticas de Washington D.C. con gran acogida, no sólo porque le da voz a lo que muchos estadounidenses piensan en la actualidad sobre varios temas ─que pocos se atreven a hablar en voz alta (machismo, islamofobia, homofobia, racismo y otros)─, sino porque llega en un momento en el que puede leerse un aumento en la desigualdad del país, una agudizada crisis de la clase media* y un sistema político sumamente polarizado. Todo esto, en medio de una sociedad mucho más plural que comparte cada vez menos, según Trump, los valores de la patria indicados por los padres fundadores.
Su promesa de campaña es sencilla y clara: “My foreign policy will always put the interests of the American people, and American security, above all else.”**: «Mi política extranjera pondrá siempre los intereses del pueblo americano y su seguridad por encima de todo».
Supongamos que Trump gana y que cumple, esto podría suponer riesgos para nuestro país:
• Económicos: Renegociación del NAFTA y caída del mercado energético.
“NAFTA por ejemplo ha sido un desastre para los Estados Unidos, ha saqueado nuestros estados manufactureros y nuestros trabajos. Nunca más. Sucederá sólo lo contrario”, manifestó el candidato republicano.
Lo anterior podría significar la firme intención de una renegociación del NAFTA, lo que en Colombia conocemos como un Tratado de Libre Comercio (TLC), el cual se enlaza directamente con las importaciones y las exportaciones del país en las que en diferentes sectores, como el agrario, han sido tan altos los costos, que estos han superado a los beneficios. Y basándose en lo que dice Trump, dichos costos podrían aumentar para los países signatarios del tratado con miras a incrementar las ganancias para Estados Unidos.
En cuanto al mercado energético, se especula que algunas declaraciones del candidato como en la que afirma que el cambio climático es un invento de China, se deben a que compañías del sector minero-energético podrían estar financiando su campaña con la intención de solicitarle a Trump, si llegase a ser el presidente, que interceda ante el congreso de Estados Unidos para que conceda aun más permisos de explotación minera: drilling y fracking. De ser cierto, podría significar una nueva crisis en los precios de los barriles de crudo en todo el mundo y, también, una caída significativa en el sector del carbón, situación que afectaría inevitablemente a la economia colombiana, pues el país exporta estos bienes en gran cantidad al país norteamericano.
• Sociales: Crisis migratoria y retrocesos en materia legislativa.
Si bien el candidato ha manifestado fuertemente su oposición frente a los inmigrantes mexicanos, debe considerarse en este ítem el hecho de que quienes cruzan ilegalmente la frontera no solo proceden de México, son personas de El Salvador, Honduras, Paraguay, Guatemala y Venezuela que utilizan la frontera mejicana para llegar a Estados Unidos tras abandonar sus países debido a la violencia recrudecida por el crimen organizado, las altísimas tasas de homicidio y a la difícil situación económica en la que actualmente se encuentra la región.
Supongamos de nuevo que Trump cumple, construye un muro o agudiza los controles fronterizos. Esto podría ocasionar que Colombia fuera uno de los destinos posibles de esos cientos de migrantes, especialmente de Venezuela, cuya situación podría agravarse bajo el gobierno del ahora candidato, marcando aun más las diferencias entre ambas naciones. Tal panorama podría desencadenar en que en nuestro país haya aumento a corto plazo de la delincuencia común y los índices de desigualdad y, a largo plazo, podría afectar los indicadores de empleo, educación y salud.
“Yo soy el único que sabe cómo arreglar este problema”, “nuestros vecinos están comenzando a pensar que pueden depender de nosotros”, “nuestros rivales ya no nos respetan, ya no nos toman en serio”, declara Trump cuando menciona su postura frente a la política migratoria.
Otro tema polémico radica en los “valores” que profesa el señor Trump, quien ha manifestado abiertamente que desea que los jueces de la Suprema Corte hagan revisión de legislaciones como el matrimonio igualitario en el país, el cual fue aprobado en los 50 estados con 5 votos a favor y 4 en contra; y sobre las políticas Pro Choice en cuanto al aborto. Lo anterior podría influir políticamente en todo el continente, así como impulsar y argumentar la revisión de estas mismas políticas en otros países, incluido el nuestro, que por alguna razón considera a Estados Unidos, en muchos casos, un referente cultural y legislativo, lo cual representaría un gran retroceso en legislación vanguardista, inclusiva y plural.
En consecuencia, el gobierno del republicano podría representar una legislación contraria al respeto y a la inclusión y, de igual forma, la proliferación del discurso del machismo, de la homofobia, la misoginia y el racismo.
• Políticos: Posible influencia en las elecciones presidenciales de 2018 en Colombia. Otro Plan Colombia y el renacimiento de discurso de la lucha contra el narcotráfico.
Vimos el ejemplo claramente con Uribe y el acontecimiento del 9/11. Mientras Bush arremetía contra todo esparciendo su discurso anti-terrorista, Uribe sacaba provecho de ese propicio clima político para promover su candidatura y su discurso guerrerista de “Seguridad Democrática”, así, al llegar al poder fortalecería las fuerzas militares, se haría el de la vista gorda con el surgimiento de los grupos paramilitares.
Les pido suponer que gana Trump y que su discurso islamofóbico agudiza la crisis en el Medio Oriente, es decir, los atentados y los enfrentamientos; pues bien, esta sería la nueva oportunidad para que un aspirante a la siguiente presidencia de Colombia se haga cercano a la administración estadounidense y pida ayuda a una mano igual de dura a cambio de colaboración seguramente de índole militar. Es posible que pretenda, como Trump, fortalecer el ejército, aumentar el gasto militar y buscar salidas no negociadas al conflicto en el que seguimos sumidos de cuenta de los del No en el plebiscito por la paz.
“Tendremos políticas acorde a nuestros intereses”, “tendremos que reconstruir nuestras fuerzas militares y nuestra economía”, “nuestro poderío militar será incuestionable” dice el republicano, advirtiendo de sus intenciones.
Así las cosas, sin defender a Hillary, que tampoco es una candidata maravillosa, nos convendría mucho más que ella fuera electa como presidente de los Estados Unidos. De igual forma, debe considerarse que el congreso estadounidense posee un papel fundamental en el gobierno y podría representar un freno a todos los excesos de Donald Trump, sin embargo, escribí esta columna porque creo que vale la pena suponer el escenario.
Fuentes:
*http://www.pewsocialtrends.org/2015/12/09/the-american-middle-class-is-losing-ground/
**https://www.donaldjtrump.com/press-releases/donald-j.-trump-foreign-policy-speech
Publicado el: 1 Nov de 2016