Para muchos el solo pisar tierras norteamericanas se convierte en una obsesión, casi en su proyecto de vida. Numerosas historias de latinoamericanos que quieren subir al norte, por un espejismo económico, o porque simplemente les han vendido la idea del paraíso terrenal, acompañan crónicas periodísticas, trabajos cinematográficos, obras literarias y toda clase de testimonios que permanentemente, nos cuentan que ni paraíso terrenal, ni cuna de la libertad; pues como lo dice una canción de Miguel Bosé, “la vida allá es triste. Se duerme poco se gasta mucho…”
Pero es fácil diagnosticar el porqué del sueño americano que quizá, ha sido construido por los mismos gringos, que a través de su industria “más media” han hecho creerle al mundo por décadas, (aguja hipodérmica) que son en todo sentido, el mejor vividero del mundo. El cine y la televisión se han encargado de escribir la historia de los norteamericanos; historia en la cual, han ganado guerras a las que nadie los invitó y por supuesto, han sido garantes de los más fundamentales derechos que ellos no se atreven a respetar.
Y es por ello que aún hoy, con todo y que el próximo presidente de los EE.UU. vaya a ser el más benemérito troglodita que la ultraderecha ha encarnado por estos días, con todo y eso, sigue habiendo gente en nuestros países, que sueñan con vivir y trabajar para los gringos, así ello implique humillarse y perder su dignidad. Caso especial ocurre con los ciudadanos cubanos; quienes ven en el coloso del norte, un territorio libre y con la posibilidad de tener muchos dólares para gastar. Es como aquel vecino rico por el que nos morimos de la envidia, por sus progresos económicos.
Y es que el régimen socialista, el bloqueo de los Estados Unidos a Cuba, han sido el caldo de cultivo perfecto para fabricar en los cubanos esa ilusión, de algún día irse a “triunfar allá”. Y salvar la distancia que ha impuesto el mar a como dé lugar para salir de la dictadura. Para creerse y sentirse como un ciudadano “libre”. Es por eso que desde hace mucho tiempo, los cubanos se han ido y para ello, han utilizado todos los medios con tal de escapar de la isla.
Expuestos al hambre, a la pobreza y a las difíciles situaciones humanitarias, miles de personas se arriesgan a travesías bajo climas inclementes, a cruzar fronteras y a vivir “aventuras” no siempre con buenos resultados.
Por estos días, esos miles y miles de migrantes cubanos son noticia en nuestro país, ya que según cifras del Gobernador de Antioquia, van casi 3.000 personas que han cruzado la frontera, para después de una tortuosa ruta por selvas suramericanas, llegar a México para enfrentar el calvario de pasar por el hueco a los EE.UU., según las autoridades antioqueñas, estos migrantes se encuentran en la municipalidad de Turbo y afirman que prefieren morir a volver al régimen cubano.
En declaraciones a Bluradio, el Gobernador Luis Pérez, afirmó que el problema no es de ahora y que al gobierno nacional le ha faltado regular el tema. “El caso no le compete a los gobiernos regionales. Es una situación que es de orden nacional y le pedimos al gobierno nos ayude con una solución”.
En este punto traigo a colación una frase de mi abuela que me parece ilustra las declaraciones del director de migración en Colombia: “no podemos con San Pedro vamos a poder con San Pablo”. Si tenemos un Estado incapaz de garantizarle a todos sus nacionales las condiciones de una vida digna, es imposible salvar de una buena forma la crisis humanitaria con los migrantes. Cabe anotar que no sólo los cubanos utilizan a Colombia como un corredor; se dice que a diario cientos de haitianos y africanos cruzan nuestras selvas y se han reportado muchos casos de personas muertas y/o extraviadas en los parajes más agrestes de la geografía nacional.
El gobierno afirma que la mejor solución es la deportación y por ello, ya muchos de los migrantes han literalmente, cogido el monte ante el temor de verse regresados a Cuba. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo, argumenta que no puede darse la deportación masiva y que se debe analizar las particularidades de cada migrante. Lea la noticia
Esto parece un canto a la bandera, porque analizar cada caso, es burocratizar el problema o en el más optimista de los casos, no es una medida expedita para el tratamiento humanitario que buscan los migrantes. Me parece que lo que se debe hacer, es buscar un asilo conjunto entre Brasil, Ecuador y Colombia para estas personas, mientras se puede aclarar su situación con la isla.
Es urgente que los gobiernos latinoamericanos consideren en sus agendas el tema de la migración, que no solo le compete a los Estados Unidos, sino que nuestros países se convierten en los medios para alcanzar la tan anhelada “tierra prometida”
Y a mediano plazo, debe iniciarse una fuerte campaña educativa que abra una discusión más objetiva sobre el porvenir de los latinos en EE.UU. para de una vez por todas, desestimular ese tan soñado espejismo “americano”.
Publicada el: 4 Ago de 2016