¡Que Dios salve a Colombia!

Opina - Sociedad

2016-07-28

¡Que Dios salve a Colombia!

¿Podría Dios salvar a Colombia? Ese dependería, en primera instancia, de la idea que tuviéramos de Dios. No sería muy esperanzador  si lo concibiéramos como un viejo regordete que desde su vientre flácido señala todas las órdenes “hogareñas” cual papá criollo promedio, y muchísimo menos, si como muchos, creyéramos que envió a su “divino hijo” para que nos dejará en claro que estamos en este mundo para trabajar, trabajar y trabajar por sus tres huevitos, porque si no la próxima vez nos da en la cara, marica.

Se tornaría mucho más triste si, uno de sus discípulos SANTOS, tomara las riendas de su “iglesia” por dos periodos seguidos como su predecesor antes de Resucitar en el Senado, teniendo en cuenta cosas como, que estamos sacrificando el Edén por energía para sacar metales preciosos y atentando contra quienes habitan este jardín.

Un Caso emblemático podría ser el del Municipio de San Carlos en el Oriente antioqueño, que debate la suerte de su población entre el megaproyecto de Porvenir II que represaría el río Samaná, (Uno de los pocos que corre aún libre) y entre la sustentabilidad de sus habitantes, para quienes el río representa una “empresa rentable”, si queremos hablar el mismo léxico gubernamental,  a través de la pesca, la supuestamente diabólica minería artesanal y, evidentemente, la agricultura en los sectores que serían inundados. A esto se le suman las irregularidades de la consulta previa, la información parca que se le da los pobladores y por supuesto las irrisorias sumas de dinero que se pagarían a los propietarios.

Y como si fuera poco San Carlos, y particularmente los corregimientos intervenidos, son territorios  azotados por la violencia tanto guerrillera como paramilitar y apenas desde 2010 se viene dando un proceso de retorno y mal que bien se va aplicando la ley de restitución de tierras. Lo que quiere decir que estas personas serían revictimizadas y “re-desplazadas”, pero ahorita tendrían el beneplácito de la Santa Casa de Nariño y el Sacratísimo Capitolio, por lo que es absolutamente legal y valido ante los ojos del Señor…Del Señor presidente, claro está

Eso sin mencionar medidas las tan impopulares de los catequistas de turno y en general el problema minero energético que enfrenta el país ante  la posible liberación de Barrabás en La Habana, sin saber si seguirá siendo un bandido o se convertirá en apóstol del Señor.

Eso sí, las administraciones pasadas no podrán hacer la de Pilato, pues si bien hay deficiencias con nuestro actual pastor, hay problemáticas en esto de regalar al país, que vienen desde mucho más atrás con las antiguas cabezas visibles de la iglesia de Bolivar.

Por eso, aunque me descomponga al afirmarlo, en una cosa sí tenía razón la diabólica Loca de las naranjas en las campañas electorales de hace unos años: la solución para el país está en la educación. Educación, educación, educación de calidad porque como decía el afamado comediante Andrés López “A usted le pueden quitar todo menos la educación”.

Si Colombia fuera una nación un poco más ilustrada, seguramente no recurríamos a los mismos gobiernos y políticas que nos apresan, aun cuando nos auto denominamos libres.

Imagen cortesía de: elpodercolombiano.blogspot.com

Imagen cortesía de: elpodercolombiano.blogspot.com

Así, como un supuesto ex fumador que jamás ha podido dejarlo del  todo, cayendo lentamente en el suicidio, consciente pero incapaz de cambiar aquello que lo convierte en víctima y perpetrador al mismo tiempo.

En una congregación de feligreses sin educación no hay libertad, solo fanatismo, lejos de la pluralidad activa que es la verdadera base política y que va en contra del orden impuesto por un individuo que es en sí apolítico,  porque como afirma Hannah Arendt la política no surge del Hombre sino de Entre los Hombres.

Por eso, sin más ni más, debemos pedir luz al cielo para profundizar en lo verdaderamente importante,  tal como lo dice, Alfonso López Quintás “Si alguien me preguntara a quemarropa cuál es el rasgo más peligroso del momento actual, no dudaría en responder que es la tendencia a deslizarse por la superficie de las grandes cuestiones sin abordarlas en serio.”

 

  1. En definitiva, como reza  el adagio popular, a Dios rogando y con el mazo dando, porque si dejamos de hacer, más de algún Uribe o Santos o seguramente el  próximo presidente electo por rosca Germán Vargas Lleras, encarnará el mal, y aunque no sea precisamente el anticristo de seguro el diablo lo amará como un hijo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Brayan Montoya
Comunicador Social- Periodista. Especialista en Epistemologías del Sur. Ha sido investigador sobre problemáticas socioambientales y formador en comunicación popular. Un convencido de la transformación social y los valores comunitarios a través de la creatividad y el trabajo colaborativo. Ha hecho parte de procesos como la 2da Asamblea Nacional por la Paz (2015), La Red Interuniversitaria por la Paz (2015-2017) y el Movimiento Social por la Vida y la Defensa del Territorio -Movete-(desde 2016).