Continúa la Copa América, camisetas, gafas, relojes, tarjetas de crédito y corazones, se han vuelto tricolor. En el centro del país se escucha el canto al unísono de los goles y en sus periferias apenas se oye el susurro de la minga indígena y los campesinos, su escaso eco llega a las ciudades en forma de noticias, fotos y vídeos.
En redes sociales se propagan los goles y el apoyo por la selección; y en reacción, se alzan los ‘’verdaderos patriotas’’, los que dicen ser dolientes de la lucha ciudadana y tienen por consigna máxima, la crítica a los futboleros. No se ven para nada intelectuales quienes opinan que en vez de cantar los goles, deberíamos apoyar la protesta campesina, así como no son para nada patriotas los que se ponen la casaca amarilla. Alabemos lo que haya que alabar y condenemos lo contrario, pero no me vengan a decir que por apoyar a la selección no soy doliente de los problemas del país.
Decir que apoyar a la selección en tiempos de crisis agraria es dejar en el olvido a una parte país, es tan fácil y barato como decir que Santos le va a entregar el país a las FARC.
No es ningún descaro gritar un gol mientras hay personas marchando por sus derechos, al contrario, es un descaro no ejercer la ciudadanía y los mecanismos de participación para cambiar el horizonte del país. Sí, el medio campo de Pékerman necesita una reforma a veces pero, indignémonos más bien del incumplimiento del gobierno a lo cuadrado con la minga indígena en el 2013.
Un ciudadano con sentido patrio se mueve en pro del futuro del país y conoce lo que le conviene, demuestra que lo ama participando activamente en la construcción de Estado y democracia no solo en las urbes, sino también en esos rincones donde el Estado mismo ha sido suplantado por la ilegalidad.
Se viene el referendo agrario y no tendrá la misma a cogida que un gol de James o una tapada de Ospina, pero eso no es culpa de los hinchas.
La culpa la tenemos todos, quienes aun conociendo la lucha de nuestros compatriotas, no hemos dispuesto ningún esfuerzo por remediarla.
Si bien es cierto que los goles no solucionan los problemas del país, la apatía y la indiferencia hacen menos, por esta razón yo invito al lector a que con una firma reivindique su sentido patrio y apoye sus coterráneos. (Clic aquí para ver la página oficial del referendo por el agro)
Entonces, que salgan los verdaderos patriotas, esos que no necesitan ponerse la camiseta amarilla ni compartir fotos o vídeos para apropiarse del sentido patrio y la lucha campesina. Que los Uribistas demuestren que tan ‘’civil’’ es su resistencia. Que firmen los que califican a los fervorosos hinchas de ‘’apatrios’’, pero que nuestra fanaticada también firme. Adueñémonos de lo que es verdaderamente nuestro, el futuro del país.
Publicada el: 18 Jun de 2016