Columnista
Fredy Chaverra
No quisiera que esta columna amplificara la más reciente puesta en escena en el renovado “Show de Fico”, para nada, el alcalde Federico Gutiérrez -por el cual no voté, nunca votaría y jamás pensaría votar- viene ajustando cuentas con un pasado que dijo ser futuro, y tal como lo prometió en su lánguida campaña, ahora está usando todas las herramientas disponibles a su alcance para destruir mediáticamente a su antecesor. Nada nuevo. La política cuando se ve concibe desde el revanchismo se mueve por las lógicas de la destrucción y la venganza.
Pero, si quisiera que esta columna, la primera que le dedicó al exalcalde Daniel Quintero desde la estruendosa derrota de su candidato-títere, se convirtiera en un alegato adicional para que los incautos que no vivieron la podredumbre moral que representó la Medellín Futuro no se dejen engañar por el prospecto a dictadorzuelo que por estos días dizque anda preparando una “propuesta de futuro para el 2026”.
Personalmente, no me cabe en la cabeza que Quintero tenga posibilidades de cara al 2026, me resulta cuando menos patético, no solo porque su alcaldía destruyó los posibilidades de cualquier proyecto político que se precie de izquierda o alternativo en la ciudad (ahora reducido a la solitaria curul en el Concejo), sino porque su cola es bastante larga, y todavía, no tenemos claridad en qué terminarán las decenas de denuncias sobre supuesta corrupción que involucran a los principales alfiles de su gobierno.
Porque con Quintero ascendió al poder una pequeña camarilla de fanáticos que nunca pensó que llegaría tan lejos, algunos, se deslumbraron con el erario y vieron la oportunidad de “organizar” su vida en un par de años, ahora, posan de nuevos ricos con estilos de vida que ni siquiera disimulan en la fantasía de las redes sociales, les fue muy bien e “hicieron platica”; y otros, con más pudor y vergüenza, cargan con el lastre de un gobierno cuestionado y acusado de corrupción desde todos los frentes.
Aunque no deja de resultar curioso que Federico Gutiérrez, el pésimo alcalde responsable de despejarle el camino a Quintero en las elecciones de 2019, ahora diversifique su show para presentarse como un adalid en la lucha contra la corrupción, ni más faltaba, ese papel no le queda bien, ya que, en su primera alcaldía lo que le faltó fue control político, escrutinio mediático y acción de veedurías “empoderadas”, algo que sí tuvo Quintero con creces y que esperamos que el Fico versión 2.0 también tenga.
Sí destaco que el Fico 2.0 cumpla con su reiterada promesa de campaña y someta la fallida administración Quintero a toda la trazabilidad de una auditoria forense que, por el momento, arroja 501 hallazgos, también resulta importante que el Distrito se asuma como víctima en los diferentes proceso ante los entes de control y tenga una participación que vaya más allá de una puesta en escena en un show vengativo. Porque Medellín y el país deben conocer los alcances de una camarilla que llegó al poder y dejó tras de sí un entramado pestilente de “supuesta” corrupción.
Y si el resto del país es ingenuo -porque con la paliza electoral que sufrió el candidato-títere de Quintero el pasado 27 de octubre quedó claro que en Medellín no tiene mayor respaldo- y le come cuento al que vende futuro para gobernar con quienes tienen al país condenado al pasado, pues vale la pena darles motivos para que lo duden, y no son 501, son más.
Porque de independientes NADA y de honestos pocón, pocón, yo les creí y me equivoqué, ahora, solo me queda advertir que con Quintero en cualquier espacio de poder NUNCA habrá futuro.