Nuestra realidad

A pesar de que tenemos un Gobierno pésimo y corrupto; él solo no se puede llevar todo el mérito de tener al país entero convertido en una cloaca.

Opina - Política

2020-02-14

Nuestra realidad

Columnista:

Carlos Alfonso Sánchez

 

Cada día veo con mayor preocupación la forma irreversible en la que nuestro país se acerca al fondo del abismo y, pareciera ser, que los únicos que visualizan esto son nuestros jóvenes estudiantes.

No olvidemos que ellos son simples muchachos llenos de ímpetu, pero que con sus ganas, panfletos y marchas no logran equilibrar la balanza lo suficiente contra un Estado mentiroso, corrupto, y opresor que, cuando quiere, los tilda de guerrilleros, vándalos y hasta castrochavistas.

A través de dicha estrategia, el Gobierno solo busca conseguir justificar su ataque a estos jóvenes con el uso del ESMAD y el allanamiento a sus universidades, sus talleres y hasta sus hogares. Sin embargo, pese a esta flagrante violación al derecho a la protesta, el resto de la comunidad solo somos indiferentes.

Deberían nuestros gloriosos militares y policías estar enfrentando la delincuencia de verdad en la selva, o en la frontera combatiendo grupos alzados en armas, o a los narcotraficantes; y no estar bombardeando niños y matando estudiantes.

¿Cómo es posible que se les fugue un ciego y de la única “coca” que tienen pistas es de la muela de Aída Merlano que se les escapó del consultorio antes que le colocaran amalgama?

Pero eso no es todo, ¿Cuándo entenderán los honorables congresistas que los elegimos para que representen las mayorías del pueblo colombiano, y no para que se representen a sí mismos y además se vendan por cargos públicos?

Porque recordemos que fue así como el Gobierno consiguió la aprobación de la Ley de Crecimiento Económico con la que todos estábamos en desacuerdo —menos la mayoría del Congreso— y más aún con la volteada a última hora de Vargas Lleras y su Cambio Radical.

Este y muchos otros «antojos» del Gobierno se declaran por decreto. Ah, pero si fuera una solicitud del pueblo o de la oposición, el presidente Duque se limita a decir “SE HARÁ UNA GRAN CONVERSACIÓN NACIONAL”, en otras palabras: BASURA.

Pero no olviden el objetivo final del Gobierno y del Centro Democrático: la perpetuación en el poder y reactivar la reelección presidencial, recuerden que estuvieron consultando internacionalmente dicha posibilidad.

¿Y qué me dicen del cambio de cédula? ¿Será para poder multiplicar los votos (de su candidato) y controlar por quién votó cada colombiano para darle o no la limosna disfrazada como devolución del IVA?

Eso se parece a Venezuela, porque si no se han dado cuenta, ya están preparando el cebo y la forma de entregarlo.

Y continúo con más atropellos, de los cuales solo recordaré rápidamente el caso Andrés Felipe Arias, la expulsión de Uber del país, la compra de los taxistas para no participar en el paro, los asesinatos de líderes sociales, la elección del mejor amigo de Duque como fiscal, el caso del cianuro y las interceptaciones extrajudiciales, entre muchos más.

A pesar de que tenemos un Gobierno pésimo y corrupto; no se puede llevar todo el mérito de tener al país entero convertido en una cloaca.

El periodismo tradicional también hace su aporte, volviendo tendencia y, gastando horas de debates en radio y televisión, en cualquier babosada que algún funcionario o funcionaria salga y manifieste a primera hora del día después de una mala noche de sexo.

Todavía tenemos dos años para reflexionar, por favor, elijamos bien. Y como dijo alguien que no conozco pensemos en nuestro futuro pues allí pasaremos el resto de nuestra vida.

 

Fotografía: cortesía de El Tiempo.

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Carlos Alfonso Sánchez